Con todo, ha advertido que «la proyección de crecimiento global en 2024 y 2025 está por debajo del promedio anual histórico (2000-2019), lo que refleja políticas monetarias restrictivas y el retiro del apoyo fiscal, así como un bajo crecimiento de la productividad subyacente». El organismo ha destacado que la actividad económica está mostrando una «sorprendente resiliencia», respaldada por una evolución favorable de la oferta, y a pesar de las importantes subidas de los interés por parte de los bancos centrales para restaurar la estabilidad de precios.
De hecho, ha remarcado que los riesgos para el panorama económico mundial han disminuido desde octubre de 2023, lo que ha dado lugar a una distribución ampliamente equilibrada de los posibles resultados en torno a la proyección de referencia para el crecimiento mundial.
Además, y dado que las presiones inflacionarias están disminuyendo más rápidamente de lo esperado en muchos países, los riesgos para las perspectivas de inflación ahora también están en general equilibrados. A este respecto, el FMI ha indicado que espera que la inflación general mundial caiga de un promedio anual del 6,8% en 2023 al 5,9% en 2024 y al 4,5% en 2025.
La institución cree que los riesgos para las perspectivas están equilibrados, pero que están más inclinados a la baja en el corto plazo.
En su informe ‘Perspectiva Económica Mundial’, el FMI prevé que las economías avanzadas registren un crecimiento del 1,7% en 2024 y del 1,8% en 2025, apoyadas en la fortaleza de EEUU, para el que proyecta un PIB del 2,7% en 2024, antes de desacelerarse al 1,9% en 2025. En el caso de la eurozona, el organismo estima una evolución económica del 0,8% en 2024 y del 1,5% en 2025 como consecuencia del mayor consumo de los hogares y la disminución de los efectos adversos del ‘shock’ energético.
Para China, el FMI ha confirmado sus últimas previsiones de crecimiento, con un 4,6% en 2024 y un 4,1% en 2025.