Las razones para esta mayor resiliencia se encuentran en que se ha producido una corrección mayor de la prevista del shock de oferta negativo que condicionó la actividad económica el año pasado. Además, se ha observado un descenso muy significativo de los precios energéticos, en un contexto en que el invierno ha sido suave y las dificultades de abastecimiento de energía se han aliviado. En el mes de diciembre, Banco de España estimó que el PIB del país crecería un 1,3%, una décima menos que las proyecciones anteriores. Respecto a la inflación, el organismo situó sus estimaciones en el 4,9% para 2023, medio punto menos, al tiempo que redujo en una décima las de inflación subyacente, hasta el 3,4%.
De Cos ha indicado que esta mejora probable en las previsiones se corresponde con una «mayor resiliencia» de lo esperado hace unos meses de la economía española. El gobernador ha atribuido esta situación a que se ha producido una corrección «mayor de la prevista» en el shock de oferta negativo, al haber descendido los precios energéticos y haberse aliviado los cuellos de botella de las cadenas de suministro. Además, al sostenimiento de la actividad también han contribuido los colchones de ahorro, las medidas desplegadas por el Gobierno para amortiguar la caída de rentas reales y el dinamismo del mercado laboral.
En esta línea, De Cos ha argumentado que la buena marcha del mercado de trabajo se debe a los esquemas tipo ERTE y a la «moderación salarial». El aumento de la inflación ha implicado que durante los nueve primeros meses de 2022, la renta disponible real de las familias cayera un 5,6%. El repunte de los tipos de interés también está restando capacidad adicional a los hogares endeudados de hacer frente a sus obligaciones financieras. Durante su discurso, el gobernador ha aludido también a los datos de la central de balances trimestral del Banco de España, que muestran que durante los tres primeros trimestres de 2022, los beneficios empresariales crecieron a un ritmo «muy elevado».
Pese a esta situación de caída de salarios y renta disponible, De Cos ha vuelto a alertar del efecto negativo que tendrían los efectos de segunda ronda. «En caso de que se materializaran, podrían requerir un endurecimiento mayor de la política monetaria», ha avisado, poniendo el acento también sobre otros riesgos como la reducción del ahorro acumulado, los efectos de endurecimiento de la política monetaria o la todavía persistente incertidumbre geopolítica.
En lo que se refiere a la banca, De Cos ha alertado de que no hay que olvidar «los riesgos existentes, algunos aún no materializados». Por ello, ha sugerido a las entidades mantener una actitud «proactiva» a la hora de medir el riesgo y determinar la política de provisiones y capital. «El sector financiero debe seguir abordando decididamente los retos estructurales y otros de aparición más reciente, entre los que figuran la digitalización de las finanzas, el incremento de los ciberriesgos, la irrupción de nuevos competidores de gran potencial (…), los efectos financieros asociados al cambio climático o la popularización de los criptoactivos», ha valorado el gobernador.
Asimismo, ha puesto el acento sobre la importancia de que los bancos tengan una «gobernanza sólida y eficaz». Así, los órganos de gobierno de las entidades deben tener miembros independientes que desempeñen un «papel fundamental».