El presidente de BP España, Guevara, así lo aseguró en la firma de un nuevo convenio de la multinacional energética con la Generalitat Valenciana, precisamente para crear las mesas de trabajo conjuntas con las que agilizar las tramitaciones necesarias. Guevara señaló que la decisión final por parte del gigante energético depende de dos cuestiones. Por un lado la transposición de la normativa europea del hidrógeno a la legislación española, como ya desveló hace unos meses. El propio presidente valenciano, Mazón, explicó que ese fue uno de los temas que trató en una reunión recientemente con la ministra Teresa Ribera. El propio presidente de BP España declaró que esa adaptación legal «está avanzando bien, hay una disposición clara de completar ese disposición normativa, el borrador está pasando el trámite». Por otro lado, queda por concretar flecos pendientes para todos los permisos y licencias necesarias, para lo que precisamente se crearán las mesas de trabajo conjuntas. Guevara también señaló que se ha avanzado en aspectos como garantizar el acceso al nodo eléctrico para el futuro electrizador.
Sobre los plazos para lograr el visto bueno definitivo a la inversión de la cúpula mundial de BP, Guevara apuntó que «el optimista que hay en mí quiere que sea antes de verano, sería lo ideal», con la intención de poder comenzar este año las obras de la primera fase: un electrolizador de 25 MW que entraría en operación en 2026. El proyecto de BP, que ha bautizado como hub de energías Hyval, prevé una inversión total de 2.000 millones de euros, prácticamente la mitad para hidrógeno verde y el resto para biocombustibles como los de aviación. Guevara reconoció que los plazos se han retrasado, ya que inicialmente se preveía empezar en 2023, en parte porque «la transición energética no va a la velocidad que se esperaba».
El clúster del hidrógeno de la Comunidad Valenciana Hyval que lidera BP y en el que participa también Iberdrola, contempla inicialmente un electrolizador de 25 MW en una primera fase. Sin embargo, los planes son mucho más ambiciosos, ya que en la siguiente se llegaría hasta 200 MW de electrolisis y posteriormente se incrementaría de forma modular hasta poder alcanzar los 2 GW de producción de hidrógeno anual en 2030 y hasta 650.000 toneladas de biocombustibles.
La intención de la multinacional es convertir Castellón en uno de sus grandes polos de producción de hidrógeno verde para el centro de Europa, aprovechando su ubicación estratégica en el futuro corredor de hidrógeno H2Med, además del propio puerto de Castellón que ya utiliza para importar petróleo y exportar combustible, además de la fututa estación intermodal. Para financiar la reconversión de la refinería confían en «el Perte de cadena de valor del hidrógeno y fondos que están por venir». La refinería de la multinacional ya es el primer consumidor de hidrógeno de la Comunidad Valenciana, pero sus expectativas son que además de su propio consumo pueda servir a otras industrias consumidoras como las químicas o termointensivas, como los propios fabricantes de cerámica y esmaltes cerámicos, que precisamente tienen como uno de sus retos la descarbonización con alternativas al gas.