El fabricante de trenes, con una cartera de pedidos en máximos históricos de 4.100 millones de euros, afronta un momento decisivo para su futuro al estar pendiente de la Oferta Pública de Adquisición (opa) sobre el 100% de sus acciones por importe de 619 millones de euros formulada por el grupo húngaro Magyar Vagon. En su cuenta de resultados destaca que la mayor parte de los nuevos pedidos de fabricación son extensiones de contratos (los operadores públicos de Alemania-DB y Dinamarca-DSB), que reducen el riesgo de ejecución y contribuyen a una visibilidad estable de los márgenes.
En concreto, asegura que la cartera actual de pedidos de fabricación proporciona una visibilidad de ingresos y actividad industrial para los próximos 5 y 8 años, apoyándose también en la actividad de servicios de mantenimiento de los trenes y en las cláusulas de indexación firmadas con sus clientes para mitigar los riesgos de inflación.
La compañía cita en una presentación la opa lanzada por los húngaros, limitándose a decir que la CNMV ya admitió a trámite la operación el pasado 22 de abril, y aprovecha para sacar pecho de sus puntos fuertes, puestos en duda en los últimos meses (por los retrasos en la entrega de los trenes Avril a Renfe o la supuesta falta de plan industrial). Así, resalta que los proyectos adjudicados recientemente «posicionan la tecnología única de Talgo como referencia en el mercado europeo para abordar el proceso global de descarbonización del transporte», cifrando en 15.000 millones de euros las oportunidades comerciales para la empresa, de los que 3.500 millones corresponden a resoluciones que se esperan en el corto y medio plazo.
También asegura que el resto de los trenes Avril se irán entregando a lo largo del año y que se han alcanzado «máximos niveles de seguridad y salud en todas las actividades», así como un «perfil de negocio recurrente y fiable de los servicios de mantenimiento». Con todo ello, los ingresos de Talgo en los tres primeros meses del año ascendieron a 166,5 millones de euros, un 31,4% más, y el resultado bruto de explotación (Ebitda) a 20,1 millones de euros, un 30,5% superior, con un margen del 12%.
De cara al conjunto del ejercicio, la compañía ha confirmado sus previsiones, esperando unos márgenes ebitda estables del 11,5%, una inversión en torno a 30 millones de euros y una deuda financiera neta en torno a 3 veces el ebitda, reflejando las necesidades previstas de caja de los proyectos. En cuanto al dividendo que paga a sus accionistas, Talgo todavía no lo ha anunciado e indica que está pendiente de hacerlo. El año pasado por estas fechas anunció un programa de dividendo flexible o ‘scrip dividend’ y de recompra de acciones estimado en 12 millones de euros, un 20% más que el año anterior.