Este fabricante del este de Europa parece ser, hasta el momento, la única gran compañía del sector ferroviario que se habría interesado por entrar en el capital del fabricante de trenes español.
El movimiento parece encajar dentro de las pretensiones del Ejecutivo de frenar la opa lanzada por el holding húngaro Ganz-MaVag (Magyar Vagon), y que estará financiada íntegramente por el gobierno de Orbán. El rechazo a esta operación, reconocido por el propio gobierno en varias ocasiones dado el acceso de Talgo a datos estratégicos de la infraestructura ferroviaria, continúa pendiente de concretarse en el Consejo de Ministros.
En este sentido, parece ser que algunos ejecutivos de Škoda Transportation viajaron a Madrid a finales de abril para celebrar un primer encuentro con altos cargos del Ministerio de Transportes. La cita se saldó con el refrendo del Gobierno a su posible entrada y el compromiso de los directivos checos de estudiar cómo acometer la inversión junto con sus principales inversores. Consultados por este medio, aseguran que «no comentamos sobre especulaciones del mercado».
La entrada de capital checo en Talgo se haría junto a CriteriaCaixa, la gestora de inversiones de laCaixa que ya conoce las intenciones de Škoda y continúa analizando las posibilidades con este nuevo socio industrial que cumpliría con sus pretensiones, especialmente la posibilidad de ampliar mercados y capacidad de fabricación, lo que más urgencia tiene. Criteria ha declinado hacer cualquier tipo de comentario y valoración al respecto.
Dentro del sector ferroviario, el porfolio de productos de Škoda se centra en la producción de trenes eléctricos autopropulsados de uno o dos pisos, así como locomotoras, pero todo ello para servicios regionales y de proximidad. De ahí que, como ya pasara con Stadler —que parece haber descartado su participación en la operación—, los productos de Talgo, muy enfocados en los segmentos de larga distancia y alta velocidad, garantizarían un nuevo nicho de mercado al fabricante centroeuropeo.
Škoda Transportation Group está especializada en la fabricación de vehículos y equipos de transporte y cuenta con una larga historia que se remonta a más de un siglo. Ajena a la automovilística Skoda Auto, que recayó en manos de Volkswagen, sí que forma parte del conglomerado industrial PPF Group, que logró ganancias por más de 1.400 millones de euros en 2023. Conformado por 25 compañías con más de 43.000 millones de euros en activos, fue fundada por Petr Kellner, fallecido en 2021. Su viuda, Renáta Kellnerová, heredó el imperio que la ha convertido en la primera fortuna de Europa.
La producción de Škoda está centrada en el segmento de los tranvías y trenes para Metros, servicios interurbanos (Cercanías) y regionales. También produce locomotoras, autobuses eléctricos y sistemas de señalización y control. Su ausencia en el segmento de la alta velocidad invita a pensar en su complementariedad con Talgo, ya que los últimos modelos fabricados por la firma española están hechos para ese mercado (como los recientes Avril entregados a Renfe) o para la larga distancia, como los trenes ICE L que está construyendo para la alemana DB y danesa DSB.