Así lo ha puesto de manifiesto su presidenta, Herrero, en los Cursos de APIE, en la UIMP, en Santander, donde ha indicado que la reforma del marco y la necesaria estrategia de medio plazo para contener la deuda demanda una visión integral. «Tenemos que reducir deuda y conjugarlo con la necesidad de inversión vinculadas a la nueva economía y tenemos poco tiempo. En septiembre debemos tener definida la estrategia fiscal, que no puede obviar la dimensión territorial porque estamos en un país altamente descentralizado», ha afirmado. La variable de gasto para a ser la única variable de control del nuevo marco de gobernanza fiscal europeo, donde se reconocen las especificidades nacionales. En principio es a cuatro años, extensible a siete.
El ajuste es menos intenso que el que hubo que realizar con la anterior crisis, pero debe mantenerse en el tiempo. El nuevo marco de reglas fiscales es «exigente» para Herrero en relación con el comportamiento histórico de esta variable, que se ha situado por encima del 4,5% desde 2018, con la excepción de 2021. Los años de consolidación, entre 2014 y 2017, se presentaron tasas más reducidas. En promedio, el gasto neto creció un 5,9% entre 2019 y 2023 frente al 3,2% en el cuatrienio anterior.
Del mismo modo, todas las administraciones públicas tienen que cumplir con el compromiso de gasto del 2,7%. Las administraciones tendrán que presentar sus propias estrategias plurianuales y comprometer una senda de gasto neto de medidas de ingresos que asegure una reducción sostenida de la deuda y permita reducir el déficit público por debajo del 3% del PIB. Esta senda, que tendrá que acordarse con las autoridades comunitarias, solo se revisará en casos excepcionales.
«Este plan una vez presentado no puede modificarse anualmente lo que nos coloca en una situación muy distinta porque los compromisos deben cumplirse», ha detallado Herrero, quien prevé que la determinación de la senda de gasto «no es sencilla», donde los ejercicios de calibración de AIReF evidencian el gran reto agregado y sectorial. Y es que hay cumplir con los requisitos fundamentales como que la deuda se coloque en una situación descendente y se mantenga así durante los 10 años siguientes. «El 3% es un límite, tenemos que mantenernos por debajo de él», ha enfatizado.
Para cumplir este requisito descendente durante el periodo de ajuste y los diez años siguientes el escenario inercial de AIReF contempla una situación donde el déficit no baja del 3%, se sitúa ligeramente por encima del 3% si no hay medidas.
«Las presiones de gasto afectan a todas las administraciones públicas, tanto a las territoriales como a la central. Es necesario que todas contribuyan y que modifiquemos ya el marco nacional», ha solicitado Herrero. En este sentido, hay que llevar a cabo una revisión de marco nacional para alinearlo con el europeo e implementarlo en una realidad descentralizada.
En septiembre las distintas administraciones tendrán que presentar ya unos presupuestos para 2025 consistentes con los objetivos del plan fiscal estructural 2025-2028. «Si no empezaremos mal», ha advertido.
Para lograrlo, la presidenta de la AIReF se ha referido a dos posibles ejemplos: una respuesta similar a la normativa actual y práctica española que resultaría de aplicar la misma tasa de gasto neto a todas las administraciones públicas, incluidos los Fondos de la Seguridad Social, y una aproximación similar a la nueva gobernanza europea incorporando las especificidades de cada administración, con tasas diferenciadas de gasto para cada administración pública. Sin embargo, cree que en ningún caso se solventan los problemas de sostenibilidad.
A este respecto, Herrero ha demandado una perspectiva integral para abordar la reforma fiscal y su implementación nacional, así como la estrategia de medio plazo necesaria para reducir la deuda.
Esto implica abordar con una perspectiva integral tres vértices que están interrelacionados: la nueva gobernanza fiscal, la reforma del sistema de financiación autonómico y los mecanismos extraordinarios de financiación. «La reforma del marco fiscal y la implementación nacional de la estrategia de medio plazo demandan una perspectiva integral», ha concluido Herrero.