Un texto que contiene dos enmiendas destacadas, entre todas las propuestas por los grupos, que han levantado ampollas en sede parlamentaria y así lo han venido aquejando desde la oposición. La votación del conjunto del dictamen se ha saldado con 177 votos a favor del Gobierno y sus socios, y 171 en contra con PP, Vox y UPN en esa posición.
La primera de esas dos enmiendas, de carácter transaccional, es la pactada entre PSOE y Podemos el pasado jueves a propuesta de los morados y que, de por sí, desvirtúa el objetivo del propio texto. Consiste en que las mujeres si puedan superar el 60% de limitación fijado, independientemente de los sexos, para los órganos de administración de empresas cotizadas, las listas electorales, el Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial, entre otros.
La segunda enmienda, acordada por los socialistas y Sumar, los socios de la coalición que conforma el Gobierno, tiene que ver con un tema ajeno al debatido. El PSOE, ante el posible veto en el Senado a la senda de déficit presupuestario y que cuenta con la peculiaridad de que si es tumbada en el Senado no puede volver al Congreso para refrendarse como las demás leyes, como ocurrió con la amnistía], lo ha incluido dentro del texto. Aprovechando ese carácter orgánico y para evitar el bloqueo de los populares. Un asunto que viene desde 2011, cuando PSOE y PP pactaron la modificación del artículo 135 de la Constitución para afrontar la deuda pública en plena crisis económica. De esta manera, los socialistas y Sumar consiguen que, pese a ser rechazado por el PP, con mayoría absoluta en la Cámara Alta, pueda volverse a votar en el Senado para su aplicación definitiva.
El PP cree que, con la inclusión de la senda de déficit en la ley, el Gobierno incurre en un delito de prevaricación