El panorama económico ha cambiado poco desde la reunión del Banco Central Europeo del mes pasado, cuando el Consejo de Gobierno anunció que recortaría los tipos de interés por primera vez desde 2019. La inflación bajó ligeramente al 2,5% en junio, aunque las presiones sobre los precios del índice subyacente y del componente de servicios, muy vigilado, resultaron más persistentes y se mantuvieron sin cambios en niveles elevados (2,9% y 4,1%).
➢ El BCE se dispone a pausar los recortes de tipos antes de la próxima reunión de septiembre.
➢ Esta semana no se publicarán nuevas previsiones.
➢ Se seguirán de cerca los comentarios de la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
➢ Es poco probable que haya una orientación clara, pero Lagarde podría insinuar que se producirá un recorte en septiembre.
➢ Los mercados prevén recortes en septiembre y diciembre, lo que coincide con nuestro escenario base.
Mientras tanto, la expansión económica parece haber perdido impulso. El índice PMI compuesto cayó notablemente el mes pasado, de 52,2 a 50,9 puntos, como consecuencia de la menor expansión del sector servicios y de la notable debilidad de la producción manufacturera. El panorama parece bastante claro, quizá más que en Estados Unidos: la economía crece, aunque a un ritmo modesto, mientras que la inflación desciende, pero las presiones subyacentes sobre los precios parecen aún muy vivas.
En nuestra opinión, el contexto económico respalda una mayor relajación de la política monetaria, pero la persistencia de las presiones subyacentes sobre los precios y la incertidumbre sobre su evolución futura justifican un enfoque comedido. De hecho, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de junio, la presidenta del banco central, Christine Lagarde, subrayó la elevada incertidumbre en cuanto al ritmo y el calendario de los futuros ajustes de tipos.
Lagarde no quiso precisar la orientación futura ni comentar las expectativas de mercado en junio. La decisión de bajar los tipos tampoco fue unánime, ya que un miembro de línea dura (Holzmann) disintió a favor de no hacer cambios. Las actas de la reunión también recogen las preocupaciones y desacuerdos entre los miembros del comité, lo que sugiere que el ciclo de recortes de tipos debe guiarse por la cautela. Los comentarios de los miembros del BCE desde la reunión han seguido en gran medida una tónica similar, aunque algunos han llegado incluso a confirmar las expectativas del mercado.
Sin cambios en los tipos, la atención se centrará en los comunicados del banco del jueves, y los inversores buscarán señales sobre un posible movimiento en septiembre, así como pistas sobre el ritmo de los recortes. Los comentarios de Lagarde al respecto serán objeto de especial atención.
Además, es posible que se le pregunte por los recientes movimientos en los mercados europeos, en particular la ampliación de los diferenciales de los bonos franceses antes de las elecciones legislativas. Aunque estamos seguros de que evitará cualquier cuestión política, puede que aproveche la oportunidad para tranquilizar a los inversores asegurándoles que el BCE está supervisando la situación en los mercados financieros en general.
Durante su rueda de prensa, creemos que Lagarde volverá a señalar el deseo de un enfoque reunión por reunión y la dependencia de los datos. Con otras dos publicaciones sobre la inflación y una serie de lecturas adicionales de aquí a la reunión de septiembre, no creemos que Lagarde quiera atar las manos del Consejo proporcionando una orientación futura demasiado clara. En cualquier caso, dado que los mercados de swaps asignan una posibilidad de casi el 90% a un recorte de tipos en septiembre, no esperamos una venta significativa del euro, incluso si Lagarde confirma rotundamente un recorte en septiembre.
La decisión de política monetaria del BCE se anunciará este jueves a las 14:15 (CET), y la rueda de prensa tendrá lugar 30 minutos más tarde.