Totalmente integrado en su singular paisaje, Paraíso de los Pinos toma su inspiración de la zona rural en la cual se encuentra siendo, del mismo modo, consecuente también con la propuesta gastronómica que el complejo esgrime desde su restaurante propio Es Mal Pas.
Abierto para visitantes de Formentera y clientes del hotel, Es Mal Pas sitúa su terraza exterior y sala interior en el patio central del complejo de suites y villas, de forma que la imponente piscina del mismo se ofrece como el telón de fondo durante los servicios de comidas y cenas del restaurante.
Rodeando por la exuberante vegetación presente en el lugar, la cual contrasta sobre las paredes encaladas, ventanas de color azul de su arquitectura mediterránea, Es Mal Pas despliega una propuesta gastronómica a través de su menú donde la fusión y experimentación en las técnicas de cocinado se combinan en un juego en el cual no se pierde nunca de vista el empleo de productos baleares como insignia.
De la mano del chef valenciano Arnau Santos, los platos presentes en menú de Es Mal Pas adquieren una innovadora reinterpretación de la cocina mediterránea más tradicional para combinarla con matices internacionales que permiten acercar el restaurante y su valor culinario a la realidad global de los visitantes que año tras año pasan por la isla Pitiusa, y la sala de Es Mal Pas. Santos, que cursó estudios en la Escuela de Gastronomía de Valencia, y se formó más tarde en países como Francia, Polonia o Inglaterra, donde también adquirió conocimiento y experiencia en el universo de la cocina macrobiótica y el I+D+i gastronómico, define su propuesta para Es Mal Pas como una “experiencia coherente con el lugar que los acoge”. En palabras de propio Chef, “el hecho de llegar hasta Paraíso de los Pinos y Es Mal Pas, y a la isla de Formentera propiamente, ya es en sí un recuerdo memorable. No buscamos lo exclusivo, buscamos ofrecer una propuesta que sume a esta experiencia global y que permita conectar a cada visitante con este destino.”
Así, platos como el carpaccio de gamba roja con papada ibérica, el tomate glaseado con agridulce de soja y sopa fría de sus jugos o el arroz meloso con pulpo y gambas representan lo mejor de la fusión más regional con un toque distintivo también gracias a las verduras y hortalizas procedentes de huertos cercanos y de producción insular.