Repsol esta presente en el país nórdico desde 2003 y desarrolla su actividad de petróleo y gas en alta mar a través de su subsidiaria Repsol Norge AS. La empresa produce alrededor de 30.000 barriles de petróleo equivalente por día en campos en el estante noruego, y opera el campo Yme en la Cuenca de Egersund, entre otros.
La multienergética española contrató al banco de inversión Rothschild para gestionar la venta hace unos meses y hasta tres fuentes al tanto de las negociaciones aseguran que el grupo pone fin a la operación, según avanza Reuters. En concreto, los activos incluyen siete yacimientos en producción con unas reservas netas de 53 millones de barriles equivalentes de petróleo (mmboe), el 36% de los cuales son de gas, y una producción neta prevista para 2024 de 29 mmboe, según un documento de comercialización distribuido por el banco de inversión a principios de este año.
En la actualización de su estrategia 2024-2027, que presentó en febrero, Repsol aseguró que «mejoraría» su cartera de exploración y producción de petróleo, con el objetivo de preparar una oferta pública inicial de su unidad de ‘upstream’ en 2026 o 2027. En 2023, vendió el 25% de ese negocio a EIG Global Energy Partners. El plan de desinversión de la compañía se ajusta a una tendencia reciente de las empresas petroleras de vender activos no centrales para centrarse en oportunidades de crecimiento. Equinor ASA está vendiendo todos sus activos en Azerbaiyán a la compañía estatal de energía de ese país, Socar.
Las mismas fuentes señalan que Repsol está dando prioridad a la enajenación de otro tipo de activos. La española está en conversaciones para fusionar sus operaciones en el Mar del Norte británico con NEO Energy, mientras que también está en negociaciones para vender una participación minoritaria en su negocio de renovables al grupo saudí Aramco, para lo que habría contratado los servicios de BNP, según avanzó Expansión. Como parte de su plan estratégico, Repsol planea financiar sus inversiones brutas de hasta 26.000 millones de euros parcialmente a través de la rotación de cartera, incluyendo ventas de activos y participaciones de hasta 4.000 millones de euros y alianzas de 5.000 millones de euros.
Repsol ya vendió en junio de 2022 un 25% de su filial ‘verde’ al consorcio formado por Crédit Agricole Assurances y el fondo suizo Energy Infraestructure Partners (EIP) por un importe de 905 millones de euros. La incorporación de este socio llevaba aparejado un compromiso de inversión en línea con el plan estratégico de la multienergética española.