Esto es, un mínimo de doce de los veinte nuevos miembros que conforman el máximo órgano de gobierno de los jueces.
No en vano y pese a que los consejeros conservadores «no han vetado» ninguno de los nombres presentados, por el momento, según han confirmado a este diario fuentes próximas a la institución, parece imposible que hoy se alcance un acuerdo sobre la Presidencia, para los próximos cinco años. Tras una reunión muy intensa, fijada este mismo lunes, a tan sólo tres días del arranque del nuevo Año Judicial, los bloques no han sido capaces de aproximar posturas acerca de los aspirantes sobre la mesa.
Los candidatos a presidir el órgano de gobierno de los jueces y el Tribunal Supremo (TS), hasta la fecha, son Esperanza Córdoba, Antonio del Moral, Carmen Lamela y Pablo Lucas, a propuesta del bloque profesional; y, Ángeles Huet, Ana Ferrer y Pilar Teso, como opciones del ala izquierdista. Precisamente, entre estas dos últimas es donde los vocales designados por el PSOE, en la última renovación, se encuentran más cómodos. No en vano, su argumento para apoyar a una de ambas magistradas se basa en que es necesario que sea una mujer la que, por primera vez en democracia, asuma el encargo institucional de liderar el cónclave del Poder Judicial.
Sin embargo, el curriculum de Lucas, «el mejor, objetivamente» de los sugeridos para la misión de encabezar el Consejo y el TS, poniendo fin a la bicefalia, ha complicado mucho las expectativas de Teso en la carrera por inaugurar una era de liderazgo en femenino. De hecho, ni siquiera la renuncia de los conservadores al veterano magistrado –en favor de otra mujer como Carmen Lamela, siguiendo el argumento de sus compañeros– ha conseguido mejorar la situación.
Un fracaso que hoy les sitúa, de nuevo, en el punto de partida, por lo que tendrán que volver a elegir entre los siete nombres inicialmente planteados a los que, como han instado desde el ala profesioanl, podrían sumarse nuevos perfiles, en los próximos días.