El virgen extra se ha hundido durante este periodo un 13,67%; el virgen un 9,45%; el suave un 13,76% y el intenso hasta un 27,3% respecto al año anterior.
Y el problema es que, lejos de frenarse, al menos de momento, la tendencia se acentúa. De hecho, en el segundo trimestre del año año se vendieron apenas 51,5 millones de litros, un 7% menos que en los primeros tres meses del ejercicio. Este desplome ha provocado, además, un hecho sin precedentes. Con todo ello, según destaca Anierac, desde el inicio de la campaña actual en octubre de 2023, las ventas de aceite de oliva durante estos primeros tres trimestres se han elevado a 162 millones de litros, cifra inferior en un 18,76% a las del mismo periodo de la anterior.
De acuerdo siempre con los datos de Anierac, al cierre de los seis primeros meses del año, las ventas de aceites de semilla se elevaron a 203,2 millones de litros, lo que supone prácticamente el doble que las de oliva. Pero es que si se tiene en cuenta solo el girasol, las ventas ascendieron a 179,2 millones de litros, lo que supone prácticamente un 70% menos.