Según recogen los datos publicados por la Seguridad Social este martes, un tercio de estos trabajadores son de la Unión Europea, con 911.712 trabajadores, en tanto que el resto, 1,97 millones, proceden de países no comunitarios. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha destacado en declaraciones a los medios estos «buenos datos», que resultan fundamentales «para la buena marcha de la economía».»Sin ellos habría sido mucho más difícil superar tan rápido la barrera de los 21 millones de afiliados», ha señalado, para añadir que «ésta es la contribución real de los migrantes a nuestra economía y sociedad, que va en aumento y nos permite mirar al futuro con optimismo y esperanza».
Por nacionalidad, la rumana es la nacionalidad que más se repite (337.392), seguida por la marroquí (325.611), la colombiana (222.217), la italiana (199.942), la venezolana (168.019) y la china (119.306). Del total de personas afiliadas procedentes de otros países, 1,6 millones son hombres y 1,3 millones son mujeres, de forma que la brecha del empleo se va cerrando tras crecer en un 34 % el número de ocupadas extranjeras desde la pandemia. En su conjunto, un 83,9% de los afiliados extranjeros se encuadraron en el régimen general, con 2,42 millones de trabajadores, en tanto que el de autónomos contabilizó 459.651 cotizantes de otras nacionalidades.
En el último ejercicio, el número de afiliados extranjeros ha subido en 197.299 personas, a un ritmo del 7,34%, gracias al crecimiento superior al 10 % experimentado en actividades como las administrativas y servicios auxiliares (11,3%), el transporte y almacenamiento (11%), las sanitarias y servicios centrales (10,7%) y las artísticas, recreativas y de entretenimiento (10,6%).
Con crecimientos en torno al 9% destacan la hostelería (9,85%) el suministro de agua y actividades de saneamiento (9,7%), el comercio (9,1 %) y la construcción (8,96%).