La moción sólo ha contado con el apoyo de 53 diputados, los 52 de Vox y el de Pablo Cambronero, del Grupo Mixto, ya que los demás partidos han votado no (201 votos negativos) y el PP se ha abstenido (91 abstenciones). Sin embargo y mal que les pese a la casta política que domina la totalidad de los escaños y utiliza el Congreso delos diputados como patio de recreo de sus disputas y enfrentamientos ha recibido un soplo de aire fresco gracias a las intervenciones el profesor Tamames que sobre todo este miércoles ha puesto los puntos sobre las ies a los distintos intervinientes, incluyendo en esos comentarios la sabiduría y la sorna
Tamames ha señalado que «esto no ha sido una sesión parlamentaria, es un mitin preparatorio de las elecciones del 28 de mayo». Y con esas sorna que le caracteriza a recomendado a Patxi López, portavoz del PSOE en el Congreso, que se tome las cosas con calma sino quiere morir de un infarto, Asi, el candidato de Vox ha pedido primero a Meritxell Batet que no consienta ese tipo de intervenciones aceleradas, por el bien de la salud de todos.
Desde su escaño, Tamames ha ido respondiendo uno por uno a quienes intervinieron en la tarde del martes y al propio Patxi López, a quien ha conseguido sonrojar al pedirle mayor tranquilidad.
En esa misma alocución, el candidato ha lamentado las continuas alusiones que se han hecho a Franco durante la moción de censura. «El franquismo debería ser el último reducto de los políticos de hoy», ha dicho Tamames, antes de añadir: «No se puede hacer historia desde el Boletín Oficial del Estado (…). Ahora ser antifranquista no tiene ningún mérito. Estamos en una situación de volver a las rutinas del año 36», ha lamentado.
Además, ha repasado todas las carencias del Ejecutivo recordándole a Sánchez los deberes de un gobernante y un gobierno coherente. Todo ello ¡no servirá de nada, y mañana estaremos otra vez enzarzados en las disputas de patio de colegio, porque las personas y su actitud no cambia, Baste con señalar como detalle que sin Feijoo en el Hemiciclo y con una presencia popular intencionadamente descafeinada el presidente cito al PP setenta veces, y su vicepresidenta otras veinte.
Si eso no es obsesión y miedo que nos lo expliquen.