En los 70 municipios afectados trabajan más de 54.000 empresas, más de un tercio de todas las que operan en la provincia de Valencia, según trasladan desde la Cámara de Comercio de Valencia. En la mitad de esas localidades los daños han sido catalogados como muy graves o severos, incluyendo la zona cero de la catástrofe, con localidades como Paiporta, Picanya o Sedaví, donde el caos y la destrucción en las calles siguen impidiendo la apertura de comercios y empresas. Sólo esa zona de guerra abarca cerca de 35.000 comercios, oficinas, negocios de hostelería y empresas con más de 215.000 trabajadores.
Ese corredor sur de Valencia alberga algunas de las mayores zonas comerciales de toda el área metropolitana, con tiendas de multinacionales como Ikea, Carrefour, Media Markt o Leroy Merlin. Además la comarca de L’Horta Sud concentra históricamente a la industria valenciana del mueble y a muchos proveedores, que se han reconvertido para industrias como el motor o el metal.
Según explican desde patronales sectoriales, la destrucción en muchas de ellas ha sido total. Otro de los núcleos más afectados es la zona este de Valencia, el corredor de la A-3. Aunque esa vía ha sido reabierta, la actividad es imposible en sus alrededores por la búsqueda de víctimas aún en marcha, como en el centro comercial Bonaire de Aldaya. El mayor polígono de Ribarroja, el principal polo logístico de Valencia, ha empezado a recibir trabajadores pero en la mayoría de empresas se han centrado en labores de desescombro. Mercadona ha restablecido el servicio de secos de su bloque logístico y trabaja para reabrir el resto del complejo en ese municipio. La cadena de Juan Roig también trabaja para reabrir las tiendas que quedaron inutilizadas y está abasteciendo a sus centros desde Sagunto y Alicante. Situación similar vive Consum, con 11 puntos de venta entre propios y franquicias que no pudieron abrir este lunes y sus plataformas distribución de Quart, Silla y Ribarroja todavía afectadas. Una de las grandes industrias agroalimentarias de la zona, Familia Martínez, proveedor de Mercadona, ha logrado mantener la producción en las plantas en Torrent, Cheste y Buñol para garantizar el suministro básico, a la vez que ha puesto en marcha medidas de apoyo a sus trabajadores afectados por la DANA.
En municipios en los que los efectos del agua no han sido tan dañinos, la actividad tampoco se ha podido recuperar con normalidad. En algunos casos porque muchas empresas con maquinaria y equipos las han puesto a disposición de las autoridades. A ello se suma la falta de trabajadores que, o bien se han visto afectados directamente o, en la mayoría de los casos, tienen problemas de movilidad. Se estima que sólo en las carreteras y calles han quedado más de 80.000 vehículos siniestrados. Desde la Administración pública, sindicatos y patronal valenciana CEV el domingo se lanzó un mensaje para que se optase por el teletrabajo en los puestos en que fuese viable para evitar los atascos de tráfico.
La mayor valenciana, la planta de Ford en Almussafes, está parada desde el martes para evitar el desplazamiento de sus más de 4.000 trabajadores. Así seguirá al menos hasta el 11 de noviembre, ya que tenía previsto jornadas de ERTE.