La firma con sede en París busca el mejor postor para sus activos del segmento residencial, valorados inicialmente por encima de los 300 millones de euros. Por el contrario, los activos de redes y servicios mayoristas (Adamo Wholesale) no figuran por ahora en el escaparate de las ventas, pese a que su valoración rondaría los mil millones de euros.
Las mismas fuentes también señalan que el operador propiedad de Zegona está analizando con interés la operación ya que, de esa forma, reforzaría su huella comercial con una de las escasas oportunidades de crecimiento inorgánico que actualmente ofrece el mercado doméstico de las telecomunicaciones. Por lo pronto, Ardian ya ha contactado con los principales jugadores del mercado, a través del banco de inversión Nomura, con el objetivo de sondear la venta troceada de su compañía. La misma propuesta también se ha hecho extensiva a Telefónica, Masorange y Digi, aunque en estas últimas compañías con escasas expectativas de éxito, según inciden las mismas fuentes.
Pese a que Adamo no comparte su cifra de clientes, los analistas consultados estiman que la cartera de la compañía ahora dirigida por Carlos Ávila ronda los 210.000 abonados. Con esa magnitud, la valoración por cada usuario de Adamo se acercaría a los 1.400 euros, entre tres y cuatro veces más que la tasación media del mercado. Semejante desproporción se debe al mayor atractivo económico de un residente en zonas rurales respecto a otro de núcleos urbanos, ya que estos últimos están expuestos a los continuos cambios de proveedor, por la alta competencia y volatilidad. Por el contrario, los abonados concentrados en las áreas rurales suelen ser cautivos del único operador que suministra los servicios, sin margen para migrar sus servicios a otros proveedores de conectividad.
Además de los referidos 210.000 clientes de Adamo, el operador de las zonas rurales cuenta con cobertura minorista en 3,7 millones de unidades inmobiliarias, la mayor parte de ellas situadas en zonas de escasa población, entre los que se incluyen los 91.000 inmuebles pasados por fibra adquiridos a su rival Finetwork el pasado verano a cambio de más de 15 millones de euros. Sólo durante los nueve primeros meses del año, Adamo ha extendido su propia red en cerca 1,2 millones de viviendas y oficinas en todo el país.
Bajo el control de Ardian, Adamo ha sido el primer operador español en ofrecer los servicios de fibra óptica de 1.000 Mbps del país, con más de 10.000 kilómetros de red propia. También mantiene acuerdos de cobertura con más de 250 operadores, para así ofrecer cobertura a 2.400 municipios, de los que el 80% de ellos se encuentran en localidades de menos de 5.000 habitantes. En la actualidad, Adamo suministra servicios convergentes de telecomunicaciones (telefonía fija, móvil, TV a la carta y acceso a Internet de alta velocidad con infraestructura propia) en 14 comunidades: Cataluña, Cantabria, Castilla La Mancha, Andalucía, Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja, Galicia, Madrid, Castilla León, Extremadura, Asturias, Murcia y País Vasco. Respecto a la cobertura móvil, Adamo alquila la red de MásMóvil -del grupo Masorange- para ofrecer 4G en la práctica totalidad del territorio, aunque por ahora sin conectividad de 5G. Vodafone, Adamo y Ardian han declinado realizar comentarios sobre esta operación.
Ardian compró Adamo hace tres años a la firma escandinava EQT por mil millones de euros. Con esta cifra de referencia, cualquier transacción de la compañía promete superar con creces dicho importe, para situarlo posiblemente por encima de los 1.300 millones.