A finales de 2023 España tenía el menor fondo de reserva de pensiones del conjunto de economías desarrolladas, tanto en volumen (medido en dólares) como en relación al tamaño de su economía. Así lo pone de manifiesto el informe ‘Pension Markets in Focus 2024’ publicado este lunes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El pasado ejercicio, Estados Unidos seguía ostentando el fondo de pensiones públicas más cuantioso del ‘club’, con un total de 2,6 billones de dólares de reservas.
España se coloca también entre los países en los que los activos de los sistemas de reparto (privados) tienen un menor peso con respecto al tamaño de su PIB, del 11,2% (suman alrededor de 180.000 millones de dólares), frente al 46 y 38% que registran Corea y Japón, los dos países que se sitúan a la cabeza. En su informe, la organización que capitanea el australiano Mathias Cormann puntualiza que las razones de las diferencias en el tamaño de las reservas podrían incluir desde la fecha de introducción del fondo, hasta su misión o cualquier límite u objetivo en el tamaño y la fecha de agotamiento.
A finales de 2023, los países de la OCDE contaban con 63,1 billones de dólares de activos (tanto públicos como privados) destinados a la jubilación, un 10% más que a finales de 2022. El último ejercicio aumentaron tanto los activos de los proveedores de pensiones como de los fondos públicos de reserva, si bien la mayor parte del crecimiento correspondió a los planes privados.
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la conocida como ‘hucha de las pensiones’ alcanzó a 30 de septiembre los 8.356 millones de euros, el nivel más alto desde diciembre de 2017, y está previsto que concluya el año con cerca de 9.300 millones acumulados, gracias a la evolución positiva del empleo, de acuerdo con los cálculos que maneja actualmente el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
El fondo, que venía de terminar el ejercicio anterior con 5.578 millones de euros, ha recibido en lo que va de año aportaciones por un valor de 2.623 millones de euros del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que entró en vigor en 2023, para dotar de recursos a este fondo a través de un porcentaje de la cotización por contingencias comunes, una cotización adicional que pagan trabajadores y empresas y que inyecta unos 300 millones de euros al mes a la misma. Sólo en septiembre, el fondo recibió dotaciones por valor de 314,7 millones, a las que habrá que añadir aún las del último trimestre del ejercicio.
Entre los años 2000 y 2011 los recursos acumulados en el Fondo fueron aumentando año a año gracias a los continuos excedentes presupuestarios de la Seguridad Social. A finales de ese periodo su patrimonio alcanzó máximos desde su creación al alcanzar 66.815 millones, alrededor del 6,5% del PIB. A partir de entonces, las dificultades financieras del sistema llevaron al Gobierno de Mariano Rajoy a realizar sucesivas disposiciones en los años siguientes (2012-2018). Estas redujeron los recursos del Fondo de Reserva hasta los 2.153 millones. Entre 2020 y 2022, en un contexto marcado por la pandemia de coronavirus, las disposiciones del fondo fueron nulas, por lo que sus recursos apenas variaron. Desde entonces, el Estado ha hecho frente al déficit recurrente de la Seguridad Social aumentando su financiación vía préstamos y mediante mayores transferencias.
Esta situación llevó el pasado verano al Tribunal de Cuentas a lanzar una alerta y a reclamar medidas «urgentes» para resolver esta situación, dado que el Sistema contaba con un patrimonio neto negativo a 31 de diciembre de 2022 de casi 89.000 millones, siendo su sexto año consecutivo en negativo.