En el acto estuvo también presente el arquitecto de la obra y reciente premio Pritzker de arquitectura, David Chipperfield, quien señaló: “Estamos muy contentos de que las obras avancen hacia la siguiente fase y de estar cada vez más cerca de devolver este edificio a la ciudad y al Banco Santander en su nuevo papel como sede cultural, tecnológica y de la innovación. Nuestra ambición con este proyecto en el Paseo Pereda es crear un lugar que mejore la experiencia de la vida cotidiana en la ciudad, dando cabida a un programa cultural vibrante y aprovechando las oportunidades de su extraordinaria ubicación».
Una vez terminados los trabajos de demolición del interior del edificio y de estabilización de la fachada, que han supuesto cerca de dos años, la obra entra la fase de construcción, en la que se definirán las plantas y espacios interiores. El espacio contará con tres pisos dedicados a exposiciones de arte, una zona dedicada a la educación tecnológica, un auditorio multiuso para 150 personas y una terraza-mirador de unos 1.000 m2 de superficie para compartir las privilegiadas vistas de la bahía.
La presidenta también comentó que el reto de Santander es “seguir liderando la banca del futuro y que esta sede sea reflejo de nuestra capacidad de innovación y de modernidad. Un gran centro público de arte, innovación, emprendimiento y ocio que será un punto de encuentro imprescindible para los santanderinos y para los cerca de dos millones de turistas que visitan Santander cada año”. Además, hizo hincapié en la estrecha vinculación y el compromiso que tiene la entidad con la región: “La ciudad de Santander es nuestro origen y ese vínculo permanecerá siempre. Nuestro reto es que Santander siga liderando la banca del futuro y se inicia una nueva etapa sobre cimientos muy sólidos”.
Faro Santander acogerá un programa de actividades, gestionado por la Fundación Banco Santander, que incluirá exposiciones en torno a la Colección Banco Santander, otras temporales de diferente índole, artes escénicas, tecnología y un fuerte enfoque educativo, social y medioambiental. La tecnología será, junto con el arte, un punto central de este espacio. El objetivo es poner en marcha actividades formativas y culturales para todos los públicos y que los visitantes puedan disfrutar de las obras en distintos entornos.
Las transformaciones que ha tenido la sede de Paseo Pereda han sido en todo momento para adaptar el edifico a las necesidades de los tiempos y han ido ligadas a la historia de Banco Santander.
Este espacio, cuyos orígenes se remontan a 1795, es parte de la historia de Banco Santander. En 1880 fue reconstruido tras uno de los incendios que periódicamente arrasaban la zona. Santander lo adquiere en 1919, cuando albergaba uno de los hoteles de la ciudad, y lo reconvierte en la sede social, que se inaugura en 1923. Fue en este lugar donde se realizó la primera junta general de accionistas y como sede bancaria tuvo una gran importancia, ya que además de los depósitos y valores de los clientes, se guardaban en ella los billetes y monedas que el banco emitía.
En la década de los 50 se hizo una reconstrucción de la sede y se unificó el diseño de los números 9 y 10 con la misma estética de los números 11 y 12, uniéndose ambos edificios por un arco monumental. Este cambio se produjo al tiempo que Santander pasaba de ser un banco regional a una de las entidades más importantes de España que empezaba su crecimiento internacional. Posteriormente, y vinculado a la consolidación de la expansión internacional del banco, fue en esta sede donde se aprobaron algunas de las grandes operaciones internacionales que se llevaron a cabo en Argentina, México y Brasil.