La gran mayoría de esta financiación se destinó a las Líneas ICO Empresas y Emprendedores y en menor medida a la Línea ICO Internacional y a la de Rehabilitación de Vivienda.
Esta financiación, que se ha llevado a cabo mediante operaciones con más de 6.700 clientes, es representativa de la colaboración público-privada, en la que el ICO aporta la liquidez necesaria y las entidades financieras asumen el riesgo y la gestión de las operaciones.
Las Líneas ICO Empresas y Emprendedores son líneas de financiación con las que el Instituto de Crédito Oficial facilita fondos con la intermediación de las entidades de crédito, que llevan a cabo el análisis de riesgos de las operaciones y deciden sobre la concesión de la financiación. El importe máximo por cliente y año es de 12,5 millones de euros y se puede formalizar en una o varias operaciones. Esta limitación se ha eliminado como novedad en las líneas ICO 2025, a las que Santander ya se ha adherido.
Las empresas han podido financiar, entre otros, actividades empresariales y/o inversiones, así como sus necesidades de liquidez y gastos relacionados con el desarrollo de la actividad de la empresa, tales como necesidades tecnológicas, adquisición de activos fijos nuevos o de segunda mano, vehículos turismos e industriales, adecuación y reforma de instalaciones, adquisición y creación de empresas o necesidades de liquidez como son los gastos corrientes, nóminas, pagos a proveedores o compra de mercancía.