Incertidumbre y mayores cargas y costes cada vez que levantan el cierre de su comercio o arrancan el motor de su coche por las mañanas. El año 2025 ha arrancado con muchas dudas y temores para el colectivo autónomo. Los trabajadores por cuenta propia, que se han visto muy afectados por los efectos de las últimas crisis (desde la pandemia a la de suministros, pasando por la energética y la inflacionaria), advierten de que la presión de los impuestos y de la inflación les obligarán a subir sus precios este año.
Así lo manifiestan el 49,3% de los autónomos preguntados por el barómetro de cierre de 2024 presentado este lunes por la Asociación de Trabajadores Autónomos. El motivo, para más de un 78% los gastos han aumentado de forma notable en el último año. En contra de lo que pudiera parecer, los costes del alquiler o el pago de la hipoteca están entre los gastos que menos afectan al desarrollo de su negocio, dado que sólo el 31% de los emprendedores encuestados dice verse bastante o muy afectado por estos. Sin embargo, sí que les preocupan otros tres aspectos que «lastran gravemente» su actividad y de los que vienen advirtiendo de forma sistemática.
De acuerdo con los resultados del barómetro, un 84,1% dice verse bastante o muy afectado por el pago de las cuotas y seguros sociales, a la vez que las cargas impositivas afectan de forma importante al 83,3% de los autónomos encuestados y la subida de los precios afecta también de forma importante al 83,1% de los miembros del colectivo.
Si en el barómetro de julio percibía un aumento del optimismo entre el colectivo, y en el de octubre se apreciaba un descenso, en el barómetro que cierra 2024 se comprueba cómo tres de cada cuatro autónomos, el 74%, tiene una percepción negativa o muy negativa de la economía española en general. Con todo, este resultado es ligeramente mejor que el registrado a cierre de 2023, cuando el 80,7% de los autónomos encuestados tenía una percepción negativa de la economía.
En lo que respecta a la evolución de su propio negocio, un 39,8% considera que se mantendrá igual que el pasado ejercicio, mientras que un 21,9% teme que decrecerá. Estas perspectivas inciertas suponen que, si bien un 60,9 de los emprendedores que tiene plantilla a cargo prevé mantenerla, otro 18,4% teme que se verá obligado a reducirla. El barómetro constata que tres de cada diez autónomos ha visto crecer su negocio en el último año en comparación con 2023, mientras que únicamente el 24,9% de los autónomos afirma que su negocio ha descendido.
Al margen del aumento de los costes -en un momento en el que el crédito se ha ido abaratando con las bajadas de tipos y la inflación presiona algo menos al bolsillo- los autónomos tienen que lidiar con la morosidad, tanto pública como privada. Aunque levemente, los impagos aumentan, y suponen un quebradero de cabeza para el pequeño empresario, que cuenta con menos margen de maniobra para hacerles frente.
En concreto, un 45,3% del colectivo se ve afectado por la morosidad, cuatro puntos más que en el barómetro previo. Uno de cada cuatro autónomos, el 26% afirma soportar la morosidad por parte sólo de entidades privadas, el 12,37% tanto públicas como privadas y el 7% sólo por parte de las administraciones públicas.
Por otra parte, el presidente de ATA y vicepresidente de la CEOE, Amor, ha aprovechado la presentación del barómetro para pronunciarse sobre la propuesta del Ministerio de Trabajo de subir el salario mínimo interprofesional (SMI) 50 euros brutos mensuales, un 4,4% más, hasta alcanzar los 1.184 euros. «Para muchos autónomos esto es inasumible», ha sentenciado, para calcular que esos 50 euros suponen 1.000 euros más de coste por trabajador anuales, que, sumados al incremento del 6,25% que CEOE estima para la reducción de jornada, conllevan más de 3.000 euros por empleado. «Cuando se va a los microdatos es donde se ve el verdadero impacto», ha sentenciado el ‘número dos’ de la patronal.