Así que ni corto ni perezoso ha tocado a rebato y nos llama a rebelarnos contra la “tecnicista” que, ojo con la afirmación del señorito de la Moncloa, quiere condicionar las democracias occidentales, como si el no hiciese otra coas que destrozar la democracia de España, desmontando todas las instituciones, eliminando la separación de poderes y ocupando manu militari las presidencias de organismos, entidades y empresas para controlar todos los resortes de la sociedad y mantenerse en el poder eternamente.
Y es que resulta que se está viendo cómo la “tecnocasta” mundial “está tratando de usar su poder omnímodo sobre las redes sociales para controlar el debate público y, por tanto, la acción gubernamental de nada más y nada menos que de todo Occidente”.
Es mas, sostiene que “Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia”. Y claro esta, para ello “necesitamos tener una idea clara y compartida de qué clase de inteligencia artificial queremos tener y de qué rol queremos que ocupe en nuestra sociedad”.
«Creo que ante esto tenemos que rebelarnos y también debemos plantear alternativas”, afirmó el presidente, quien añadió que “la democracia no es un euro, un voto; no es un tuit, un voto; es una persona, un voto”.
¿Se dan cuenta ustedes, queridos lectores del caldo mental en el que se mueve el personaje que manda en España?
Porque el tema no sería grave si estuviésemos ante las declaraciones de un don nadie, pero no. Resulta que se trata del jefe de Gobierno del Rino de España, que al menos durante los próximos dos años seguirá ejerciendo su mando hasta la celebración de las próximas elecciones generales y en ese tiempo puede hacer lo que le de la gana, porque para eso ha estado trabajando los últimos años y ha logrado acaparar el máximo poder que un político ha alcanzado en nuestro país en los últimos cuarenta años.
Así que nadie se llame andanas, porque la realidad es la que es y los acontecimientos no auguran nada bueno.