Cada uno de los casos es especial y reúne sus propias peculiaridades, pero el hecho cierto es que, con toda probabilidad la relación empresarial grandes accionistas/primeros ejecutivos no ha estado lo suficientemente bien gestionada como para que los roces desapareciesen o se minimizasen para que la vida de la empresa siguiese los derroteros marcados por el consejo al presidente de turno. Como dicen los viejos agricultores, la rueda para andar, necesita estar engrasada, de otra manera el buey no puede con ella.
Entre estas grandes empresas del Ibex está la gasista de origen catalán hoy denominada Naturgy y con sede social en Madrid. Si usted querido lector, hace memoria recordará que no hace ni un año que todos los medios nos hacíamos eco de las tensiones que la “opa” del fondo IMF estaba causando en la empresa y que las previsiones no eran nada halagüeñas para su equipo directivo, y mucho menos para la paz interior de la propia sociedad que podía terminar en ruptura de los equilibrios accionariales que desde Criteria había establecido para su niña bonita.
Es mas, no hace mucho incluso hablábamos de nuevas tensiones y de posibles soluciones cuyo objetivo sería garantizar una estabilidad inexistente dada la continua compra de acciones del fondo juguetón en búsqueda del segundo consejero, generando así el desequilibrio del Consejo y augurando una nueva batalla.
Pues bien, a la chita callando y demostrando una habilidad y una imaginación inesperada, al menos para la inmensa mayoría de los que seguimos la evolución de la gasista, su presidente ha sido capaz de diseñar una serie de acciones que con toda probabilidad terminarán con las tensiones y lograrán una larga etapa de crecimiento para la empresa en unos momentos que el sector energético necesita muy mucho de ello. Según supimos ayer, el consejo de Naturgy ha aprobado por unanimidad una serie de acciones, sorprendentes y que finalizarán en esa paz tan buscada.
El plan se concreta en incrementar la liquidez de la acción y ampliar el tamaño del Consejo. Para ello, la compañía propondrá formalmente a su Junta de Accionistas una OPA voluntaria a un precio de 26,5 euros por acción por el 10% de su capital social, lo que supondrá un desembolso de 2.400 millones de euros. Así se incrementará el free float y la empresa volverá a los índices bursátiles de la familia MSCI, cuando logren retornar al mercado una parte de las acciones compradas o lo que es lo mismo, cuando el free float alcance el 15%.
Por otra parte, el presidente eh logrado que el Consejo de Administración haya acordado también por unanimidad, proponer a la Junta la modificación del número de miembros del consejo elevándolos hasta 16, conforme al principio de representación proporcional. Esto supone incrementar en un nuevo miembro los consejeros dominicales de cada accionista de referencia y permite mantener el número de independientes. Además, se avanza en la consecución de los objetivos de paridad. Y es que con esta formula, el Consejo tendría la siguiente distribución: CriteriaCaixa, cuatro consejeros dominicales. GIP/BlackRock tres consejeros dominicales. Rioja/CVC tres consejeros dominicales e IFM dos consejeros dominicales. Poer su parte, la empresa dispondrá de tres consejeros independientes y un presidente ejecutivo.
Es decir todos contentos y con toda probabilidad la acción subiendo, solo falta que la Junta de dentro de un mes de él visto bueno definitivo y los grandes socios cumplan su compromiso para que el equilibrio no se rompa.
Todo ello, sin aparentemente nuevos roces y con el único objetivo de mejorar la actividad de la sociedad con un pequeño grado de optimismo, buen hacer, una gestión eficaz de los equipos, un riesgo calculado y casi con toda seguridad un conocimiento de los intereses de los objetivos de los grandes accionistas mas que profundo. Y todo ello de la mano de un ejecutivo, elegido por Faine, es decir de alguna manera criado en su escuela y por el que algunos no daban ni dos duros hace unos cuantos meses.
Ahora, si todo termina como parece que lo hará, el esfuerzo habrá merecido la pena