Y es que ya van tres sesiones consecutivas en rojo para el ‘oro negro’ cediendo de forma crítica desde los 73 dólares. Particularmente este martes se dejan sentir los retrocesos con uno del 1,41%.
El mercado petrolero vive un momento de gran estrechez, donde cambios muy pequeños pueden decantar la balanza hacia una situación de abastecimiento sano o hacia el déficit. En ese sentido la Agencia Internacional de la Energía estima que hay un superávit de 500.000 barriles diarios. Una cifra que se ha producido gracias al gran boom productor de países como EEUU, Guyana, Brasil o Argentina que, desde fuera de la OPEP, han sumado una gran cantidad de nueva producción que ha desequilibrado la balanza. Sin embargo se trata de un margen muy estrecho.
En ese contexto las diferentes amenazas, como una gran demanda, siempre se habían encontrado con un argumento a favor. La OPEP lleva desde 2022 restringiendo la producción. En total el grupo está dejando de producir un 5,7% del suministro mundial, unos 5,86 millones de barriles diarios. La idea era que en septiembre de 2024 se comenzasen a quitar paulatinamente estas restricciones para ir tomando posiciones y evitar perder cuota de mercado.
Sin embargo, ante unos precios del barril rozando los 70 dólares la OPEP dijo que no era un opción y que prorrogaría la media. Este fue un gran punto de inflexión para los mercados que contaban con una OPEP en retirada y abriendo las compuertas del crudo. Desde entonces la voluntad del grupo de mantener el precio elevado era un sostén clave.
Si bien la guerra había disparado el barril ante el temor de que Rusia dejase de volcar sus barriles en el mercado, la realidad es que Moscú ha seguido produciendo como si las sanciones no hubiesen sucedido, simplemente cambiando sus mercados y operando a través de su flota fantasma. En ese sentido Rusia sí bajó su producción pero no fue por la guerra, fue por el compromiso con la OPEP de reducir un millón de barriles su suministro. «Las decisiones de suministro de la OPEP+ son las que están determinando la escasez en el mercado actualmente, no la guerra.
Desde Bloomberg comentan que la OPEP ya está poniendo pies en polvorosa y aumentando su producción, antes incluso de que empiece el plazo (1 de abril). En ese sentido estiman que la producción de petróleo de la OPEP aumentó en 320.000 b/d en febrero, en comparación con el mes anterior, hasta los 27,35 millones de barriles diarios. La mayor parte ha venido impulsado por un Irak que ha recuperado un oleoducto clave que une Kurdistán con Turquía. Este país disparó su producción en 150.000 barriles diarios, hasta los 4,16 millones.
Al margen de la economía en sí misma, la estrecha relación que hay entre las industrias petroleras canadienses, mexicanas y estadounidense alterarán el mercado. Los aranceles tendrán un impacto directo en el precio del barril. Por su parte en EEUU los precios subirán. altos de los productos refinados».
Estos dos factores cambian por completo las perfectivas actuales que tenía, por ejemplo, la AIE, que hablaba de unos 74 dólares el barril de media para 2025 y de 66 dólares para 2026. De hecho, el mismo Banco Mundial bajó sus previsiones hasta los 72 dólares por barril, antes incluso de conocer la medida de la OPEP. Para entender la importancia de esta bajada, estamos hablando de siete puntos menos de que se estimaba en la última revisión. Queda por ver si nuevos acontecimientos pueden alterar el rumbo del ‘oro negro’. Pero todo parece indicar que con un aliado dando pasos hacia atrás, el petróleo entra en una nueva fase donde mucho tiene que cambiar para que vuelva la tendencia alcista.