Los comentarios brindan una nueva visión de la evolución del pensamiento del BCE sobre cómo actuar en medio de una combinación de ansiedad financiera global y un fuerte shock inflacionario. Sin embargo, el BCE subió las tasas en medio punto este mes, ante una crisis bancaria en Estados Unidos y Suiza, y se abstuvo de dar orientación sobre su próxima decisión de política monetaria. Con la disminución de la agitación, varios banqueros centrales de tendencia restrictiva han vuelto a hacer llamados a seguir con un mayor endurecimiento monetario.
El miércoles, el eslovaco Kazimir dijo que el BCE debería seguir adelante con los aumentos de tasas a pesar de las tensiones en torno a la industria financiera, aunque podría necesitarse una disminución del ritmo de las alzas. Advirtió que existe un “riesgo real” de que los bancos limiten los préstamos.
También subrayó los comentarios recientes de otros banqueros centrales de que el BCE no enfrenta una disyuntiva entre proteger la estabilidad financiera y controlar la inflación. “Si este estrés financiero debilita la economía, automáticamente reduciría las presiones inflacionarias”, dijo Lane.
Es probable que los datos de inflación de la eurozona que se publicarán el viernes muestren una caída en la inflación general, aunque se prevé que la lectura subyacente, que excluye la energía y los alimentos, alcance un nuevo récord en la era del euro.