«La situación financiera de los sectores más relevantes para la estabilidad del sistema financiero español ha evolucionado de manera favorable desde la publicación del último Informe de Estabilidad Financiera (IEF) en otoño de 2024, aunque persisten algunos elementos de vulnerabilidad en un entorno geopolítico y macrofinanciero global marcado por una elevada incertidumbre», ha señalado la entidad en su Informe de Estabilidad Financiera, correspondiente a la primavera de 2025. En este sentido, el organismo regulador ha reconocido que la incertidumbre geopolítica podría materializarse en efectos muy adversos sobre la actividad y la aversión al riesgo.
A este respecto, ha hecho referencia a que son especialmente relevantes la incertidumbre sobre las políticas (por ejemplo, comercial, fiscal, regulación financiera y ambiental) y el posicionamiento estratégico de Estados Unidos; la posible escalada de conflictos militares y, en un grado menor, la incertidumbre política en la Unión Europea.
«Estos factores pueden dar lugar a un conjunto heterogéneo de escenarios adversos, siendo necesario un análisis diferenciado de sus implicaciones». Así, ha indicado que después de las fuertes turbulencias financieras de abril, originadas por los anuncios de endurecimiento de aranceles en Estados Unidos, las políticas comerciales han oscilado hacia la negociación y posiciones de menor confrontación.
«En particular, Estados Unidos ha introducido distintas excepciones y aplazamientos sobre los anuncios iniciales y China también ha relajado parte de las duras contramedidas adoptadas. No obstante, es difícil predecir el resultado a medio y largo plazo de estas negociaciones comerciales». Por lo que, de forma más general, considera que la incertidumbre sobre la evolución de las políticas, en particular en Estados Unidos, sigue siendo elevada a pesar de que los mercados financieros han superado de forma ordenada este episodio de turbulencias.
«Pese al contexto de elevada incertidumbre, los inversores han seguido mostrando una baja aversión al riesgo en el periodo transcurrido desde el último IEF. Las primas de riesgo se siguen situando en muchos casos en niveles reducidos desde una perspectiva histórica. De este modo, la posibilidad de que se materialicen correcciones abruptas e intensas de las valoraciones en los mercados financieros se mantiene como un riesgo elevado para la estabilidad financiera». Más allá de los riesgos geopolíticos, el Banco de España ha afirmado que existen también ciertos factores de riesgo macroeconómico con implicaciones para la estabilidad financiera.
«En particular, si la inflación persistiera más alta en Estados Unidos en relación con la del área del euro, esto podría trasladarse a mayores diferencias en la evolución de sus políticas monetarias. Este escenario contribuiría a un tensionamiento de las condiciones financieras globales y a una mayor incertidumbre sobre la evolución de los tipos de cambio».
Por otro lado, la entidad ha subrayado que la gestión de los ciberriesgos aparece como un elemento de importancia creciente para el correcto desarrollo del negocio financiero, cuestión que cobra mayor importancia en el contexto de tensiones geopolíticas. «Aunque los ciberincidentes pueden generar disrupciones operativas relevantes, su capacidad para causar una crisis de liquidez sistémica sería más limitada, gracias en parte a las herramientas de gestión de esta clase de escenarios con las que cuentan tanto las entidades bancarias como los organismos supervisores».
No obstante, para el Banco de España existe «incertidumbre sobre las nuevas formas de ciberataque» que pueden surgir y es necesario mantener una actitud vigilante.
En su informe, el organismo regulador dice que los hogares y las empresas no financieras españolas han fortalecido su situación financiera y ambos sectores mantienen unos niveles de endeudamiento reducidos en comparativa histórica. En contraste, las Administraciones Públicas españolas mantienen una situación financiera más vulnerable. «La ratio de endeudamiento sobre PIB, que se redujo en 2024 en 3,3 puntos porcentuales (pp), sigue en niveles elevados (101,8 %). El déficit público se situó en el 3,2 % del PIB en 2024, tres décimas menos que un año antes».
Tal como ha venido ocurriendo desde 2021, el descenso de la ratio de endeudamiento se debe, según el Banco de España, al aumento nominal del PIB, que ha superado la presión de un déficit primario positivo, mayores gastos por intereses y el efecto de gastos extraordinarios, como los vinculados a la catástrofe de la DANA de otoño de 2024. «De acuerdo con las previsiones del Banco de España, estos niveles de endeudamiento y de déficit público descenderán solo moderadamente en los próximos años».
Además, «el previsible incremento del gasto militar, un reto compartido a nivel europeo, eleva el riesgo de que el endeudamiento público español se desvíe por encima de las previsiones». A esto contribuyen también el envejecimiento poblacional y la necesidad de financiación pública de parte de las transiciones digital y climática de la economía española. Sobre el sector bancario español ha aseverado que continúa presentando una evolución favorable de su situación financiera, al tiempo que mantiene estable su capacidad de resistencia frente a riesgos. En términos de liquidez mantienen, igualmente, una “posición favorable”.
En el caso del sector financiero no bancario (SFNB) representa una proporción creciente del sistema financiero, a nivel global y europeo, y también en España.
Del mercado inmobiliario, el Banco de España ha detallado que el saldo de crédito destinado a la compra de vivienda creció en España en 2024 un 0,5% en términos interanuales, mientras que el flujo de crédito para nuevas operaciones hipotecarias sobre vivienda creció un 34,6%. «La expansión del crédito nuevo hipotecario en 2024 se ha producido en un contexto de fuerte crecimiento de las transacciones y de los precios reales en el mercado de la vivienda. No obstante, la evolución favorable de la renta de los hogares y la contención de los tipos de interés han mantenido hasta la fecha en niveles moderados las señales de desequilibrio al alza en los precios de la vivienda».
Por último, el Banco de España no ha considerado necesaria la activación o modificación de otras medidas macroprudenciales. «En todo caso, el Banco de España mantiene un seguimiento estrecho del entorno macrofinanciero y de los riesgos sistémicos que pueden comprometer la estabilidad financiera, incluyendo la evolución de los estándares de concesión de financiación a hogares y empresas no financieras».