Esta decisión se justifica tanto por la mayor incertidumbre, que la presidenta Lagarde ha destacado en repetidas ocasiones durante la rueda de prensa, como por la magnitud de las últimas bajadas, ya que el nivel actual de los tipos puede considerarse «objetivo». Los comunicados de la presidenta Lagarde, que en nuestra opinión fueron moderadamente hawkish, provocaron que el mercado haya dejado de descontar plenamente una nueva bajada de tipos, no solo este año, sino también el siguiente.
La presidenta Lagarde, como ya nos tiene acostumbrados, habló mucho de la dependencia de los datos, evitando al mismo tiempo hacer declaraciones sobre los próximos movimientos del banco. Esquivó hábilmente la pregunta sobre la bajada de tipos en otoño, que se incluyó en el escenario base del banco en junio. En repetidas ocasiones destacó los buenos datos de inflación, que se encuentra actualmente en el nivel objetivo y debería mantenerse en él a medio plazo, e hizo hincapié en cuestiones relacionadas con la economía, que, en la opinión del banco, sigue mostrando cierta resiliencia.
Esto supuso una gran sorpresa a la luz de las declaraciones del vicepresidente De Guindos durante el Foro de Sintra, en las que señaló que el crecimiento sigue siendo débil y que, en su opinión, el segundo y tercer trimestre traerán un crecimiento nulo. La principal diferencia con respecto al comunicado de prensa que recibimos en junio fue la «incertidumbre», que consideramos la palabra clave de esta reunión de julio. El banco sigue atento a la evolución de las negociaciones sobre el acuerdo comercial entre la UE y EE. UU.
Teniendo en cuenta las últimas noticias de prensa, parece más probable que se alcance un consenso entre las partes, por lo que el comunicado del banco en septiembre podría ser algo más tajante. Tras un debilitamiento inicial, que, por cierto, atribuimos en gran medida a otro dato sólido del mercado laboral estadounidense, el tipo de cambio EUR/USD subió casi un 0,5 %.