El Servicio de Estudios destaca que la economía española ha demostrado “una notable resiliencia” ante la desaceleración europea, así como ante los costes energéticos altos y las condiciones financieras, que hasta hace unos meses eran estrictas. “El sólido desempeño económico y del mercado laboral, junto con la reducción de la deuda, han puesto la economía española en una situación comparativamente más solvente, lo que se refleja en el rendimiento de los bonos, que ahora están más bajos que los de Francia”, destaca en el informe.
Los riesgos para el crecimiento a corto plazo podrían venir por el lado de las exportaciones, tanto por la desaceleración de los socios europeos como por la guerra arancelaria de Estados Unidos, aunque la exposición de España a las exportaciones hacia este país es relativamente limitada. La inflación, por su parte, promediará el año previsiblemente en el 2,3%, ligeramente por encima del objetivo del Banco Central Europeo (BCE), en tanto que, en 2026, la subida de los precios será del 1,8%.
A nivel global, la estimación de crecimiento para este año se sitúa en el 2,9%, dos décimas más respecto a las previsiones de hace unos meses, mientras que para 2026, se espera una mejora del PIB mundial del 3%. La inflación se mantiene en el 3,4% en 2025 y baja una décima para el que viene, hasta situarse en el 2,9%.
La previsión para Estados Unidos ha empeorado en dos décimas respecto al informe previo, con un crecimiento estimado del 1,7% este año y un 1,8% el siguiente, con una inflación del 3% para 2025 y del 2,6% para 2026. Para Mapfre Economics, el aumento del coste de financiación por una reducción del apetito por los bonos estadounidenses está entre los principales riesgos de corto plazo para la economía.
La Eurozona seguirá con un desempeño débil, aunque con cierta mejora, a medida que se siguen trasladando a la economía real los efectos de las bajadas de tipos de interés implementadas por el BCE. El Servicio de Estudios ha mejorado en dos décimas su crecimiento hasta el 1% este año y mantiene las de 2026 en el 1,1%, con una inflación del 2% y del 1,8%, respectivamente.
El conjunto de los países emergentes experimentará un crecimiento del 3,5% en 2025 y del 3,4% en 2026, con una inflación del 4,1% y del 3,6%, respectivamente, en tanto que América Latina experimentará un crecimiento del PIB del 2,1% este año, dos décimas más, y del 2% el siguiente. La inflación en esta área económica se mantiene en el 8,8% para 2025 y en el 8,1% en 2026, influida aún por el crecimiento de los precios en Argentina.
En Asia Pacífico, el crecimiento estimado aumenta en dos décimas hasta el 4,5% para 2025 y desciende una décima para 2026 hasta el 4,3%, con una mejora del crecimiento para China del cuatro décimas para este año, hasta el 4,4%, mientras que en 2026 su PIB mejorará un 4,2%. La economía de China ha permanecido resiliente, a pesar de la debilidad continua en el sector inmobiliario, aunque la inflación está marginalmente en negativo, lo que levanta dudas sobre la fortaleza del consumo interno. Este año, se estima una inflación en el país del 0,2% y el siguiente, del 0,8%.
La evolución del mercado asegurador global revela una divergencia en las tendencias de crecimiento entre los segmentos de seguros de Vida y No Vida, con un incremento del 6,2% en el segmento de Vida y del 5,2% en No Vida, correlacionado con el comportamiento del entorno macroeconómico global. Para 2026, pese a un panorama caracterizado por una atenuación de las presiones inflacionarias y un contexto financiero más flexible, se prevé una ligera desaceleración en el segmento de Vida, con tasas estimadas del 6%, y en torno del 5,3% para el segmento de los seguros de No Vida.
Este ajuste respondería a la persistencia de incertidumbres geopolíticas y a la evolución de las políticas económicas en las principales economías, factores que inciden directamente en la percepción de riesgo de los agentes económicos y en la dinámica de sus decisiones de aseguramiento.