Rodríguez Zapatero y Puigdemont se reunieron para intentar encarrilar las relaciones entre Junts y el PSOE en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, el encuentro concluyó con más intenciones que resultados.
El expresidente del Gobierno trasladó al líder independentista el deseo de que Junts apoye los Presupuestos, que Sánchez planea llevar a la Cámara Baja antes de que acabe este año. Pero la respuesta de Puigdemont fue negativa: el PSOE tiene que cumplir antes los pactos que aún no se han cumplido.
Aunque la relación entre Zapatero y Puigdemont es buena, en Junts hay una sensación de hartazgo porque están viendo cómo sus pactos con el PSOE no se terminan de materializar.
Un ejemplo es la cesión de las competencias migratorias a Cataluña, que se debatirá el martes que viene en el Congreso. Esta fue una cesión del PSOE a cambio de que Junts no obligara a Sánchez a someterse a un debate sobre si era oportuno celebrar o no una cuestión de confianza en su momento de mayor debilidad, acorralado por la corrupción del «caso Cerdán».
Pero esa cesión de competencias no saldrá adelante, porque contará con la oposición de Podemos. Los morados creen que detrás hay elementos xenófobos. Y Junts la quiere, precisamente, porque está compitiendo con Alianza Catalana, un partido de extrema derecha identitario que está creciendo como la espuma con un discurso antimigratorio.
Los posconvergentes esperan que el Gobierno haga un esfuerzo extra para negociar con Ione Belarra y los socialistas sólo esperan que, si la cesión de competencias cae, no les echen la culpa a ellos por incumplir la promesa.
Y lo mismo pasa con la oficialidad del catalán en Europa o con la aplicación efectiva de la amnistía a todos los encausados por el «procés» –es decir, que Carles Puigdemont pueda volver a Cataluña–, un tema que también se está alargando más de lo esperado inicialmente. Y a todo ello habría que añadir la famosa financiación singular para Cataluña y la condonación efectiva de toda la deuda de la comunidad.
Ante este inmenso montón de acuerdos firmados para mantenerse en La Moncloa e imposibles de desbloquear es mas que probable que los PGE vuelvan a un cajón