«Clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre», ha rogado Don Felipe durante su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
El Jefe del Estado ha afirmado que «no podemos guardar silencio, ni mirar hacia otro lado, ante la devastación, los bombardeos, incluso de hospitales, escuelas o lugares de refugio; ante tantas muertes entre la población civil; o ante la hambruna y el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas». Unos «actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa; repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional», ha dicho, sin emplear en ningún momento la palabra «genocidio».
El Rey ha explicado que «España es un pueblo profundamente orgulloso de sus raíces sefardíes» y que «cuando hablamos al pueblo de Israel, estamos hablando a un pueblo de hermanos« que »cuando regresa a España –a Córdoba, a Toledo, a Sevilla, a Barcelona- regresa a su casa». Según el Jefe del Estado, ese fue «el principio inspirador de la ley por la que, en 2015 y con amplio consenso, se concedió la nacionalidad española a los descendientes de los judíos sefardíes originarios de España».
Por eso, ha dicho el Rey, «nos duele tanto, nos cuesta tanto comprender lo que el gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza. Por eso clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre. No más muertes en nombre de un pueblo tan sabio y tan antiguo, que tanto ha sufrido a lo largo de la historia».
Don Felipe ha condenado, una vez más, el atentado de Hamás que desencadenó la respuesta de Israel: «Seamos claros, condenamos rotundamente el execrable terrorismo de Hamás y especialmente aquella matanza brutal del 7 de octubre de 2023 contra la población israelí y reconocemos el derecho de Israel a defenderse».
Y ha añadido que «con la misma firmeza, demandamos que el gobierno de Israel aplique sin reservas el derecho internacional humanitario en toda Gaza y Cisjordania. Exigimos que la ayuda humanitaria llegue sin dilaciones, un alto el fuego con garantías y la liberación inmediata de todos los rehenes que aún retiene Hamas con tanta crueldad».
El Rey ha insistido en que la comunidad internacional debe asumir su responsabilidad para hacer realidad cuanto antes «una solución viable que contemple la existencia de los dos Estados». Y ha añadido que «el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de un número creciente de miembros de nuestra Organización, al que España se sumó el pasado mes de mayo, debe ayudar a conseguir una paz regional justa y definitiva, basada en la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas y también en el reconocimiento universal del Estado de Israel».
En su intervención, el Jefe del Estado también ha salido en defensa de la ONU, tras los ataques que dirigió el presidente de Estados Unidos,Trump, a la organización: «Creer en las Naciones Unidas es también creer en un mundo basado en normas», ha afirmado, porque «un mundo sin normas es una terra incógnita; un tiempo sin normas es una Edad Media». Y, por todo eso, ha añadido que «las Naciones Unidas no solo siguen siendo útiles: son imprescindibles, insustituibles». No obstante, el Rey ha instado a todo el personas de la ONU «a persistir en su enorme esfuerzo de eficiencia y de eficacia» y ha reiterado «la necesidad de desarrollar iniciativas de reforma».
Frente a «las voces que preconizan el fin del multilateralismo y la obsolescencia e ineficacia de las Naciones Unidas», el Rey advertido que «las normas son la voz de la razón aplicada a las relaciones internacionales, la mejor defensa que tenemos ante la ley del más fuerte».
Además, Don Felipe se ha referido de forma más resumida a otras cuestiones, como la calidad de la democracia: «Nos preocupa la erosión de las democracias, la desafección que advertimos hacia valores esenciales para la convivencia democrática».
Y la inmigración: «Creemos que la inmigración, adecuadamente gestionada, es un vector de desarrollo mutuo para las sociedades de origen, tránsito y destino, y que los Derechos Humanos de los migrantes deben ser, en consecuencia, la referencia principal de nuestra acción».