Y es que la vida política española ha entrado en una dinámica de la que solo se saldrá cuando un nuevo gobierno llegue a la Moncloa y se inicie esa nueva andadura que la sociedad reclama y que el sanchismo le niega para tratar de prolongar una agonía de su líder que, rodeado de esa porquería maloliente trata de encontrar caminos que, desde la experiencia de los analistas y comentaristas de la actualidad policía parecen imposibles, pero nadie se atreve a negar, ni la capacidad de resistencia del okupa de La Moncloa, ni circunstancias especiales que le hagan primero mantener el poder y después volver a ganar mediante alianzas similares a las actuales.
Como la experiencia ha demostrado ya una vez cuando se le daba por amortizado, Sánchez es capaz de cualquier cosa.
Por otra parte, en un proceso electoral tan largo como el que se avecina, -todos los expertos asegura que hasta mayo no habrá elecciones si es que estas se adelantan como ya es tradicional en los mandatos de don Pedro- cualquier cosa es posible y los movimientos pendulares de evolución de oportunidades es tan imprevisible como la vida misma y desde un problema con el aborto a una implicación clara de Sánchez en la financiación de su partido pueden ser determinantes y cambiar un resultado claro y evidente como ya sucedió con el tema Vox en las ultimas elecciones generales.
En este sentido, hay que tener en cuenta además que la maquinaria propagandística y electoral del sanchismo es mucho mas potente que todas las demás y llegado el momento no hay ética ni moral que la frene. Ya lo hemos visto y experimentado con todo tipo de promesas que nunca se cumplen y con la utilización partidaria de todo tipo de recursos. Así que con la familia y amigos metidos en problemas judiciales la campaña puede ser de las que hagan época y pasen a la historia por su dureza y escasa limpieza.
