Felipe VI lucía uniforme de la Armada y la princesa de Asturias, el del Ejército del Aire y del Espacio, al estar cursando su último año de formación militar en la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia), como alférez.
Poco después de las 11.00 horas, dos especialistas de la patrulla acrobática paracaidista (Papea) saltaron desde un C-212 Aviocar, portando uno de ellos la bandera de España que, una vez tomaron tierra, fue izada solamente en el mástil mientras sonaba el himno.
Como ha ocurrido en años anteriores, el líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se vio sometido a pitidos por un grupo de asistentes al acto, que suelen madrugar para colocarse lo más cerca posible de la zona de tribunas. Y ello pese a su discreta llegada a la línea de saludo para esperar el encuentro con los Reyes junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y el Jemad, almirante general Teodoro Esteban López Calderón.
El presidente del Gobierno y su gabinete asistieron en pleno, salvo cinco ausencias marcadas: La de la ministra de Juventud, Sira Rego; el ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Bustinduy; la ministra de Igualdad, Ana Redondo; el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y la titular de Sanidad, Mónica García.
Además, asistieron los presidente del Congreso y Senado, Francina Armengol y Pedro Rollán, y los presidentes de las comunidades autónomas, con ausencias destacadas: el presidente de Canarias, Fernando Clavijo; la presidenta de Baleares, Marga Prohens; el presidente valenciano, Carlos Mazón; el presidente de Murcia, Fernando López Miras; el del País Vasco, Imanol Pradales, y el de La Rioja, Gonzalo Capellán.
Una formación bautizada ‘Mirlo’, compuesta por cinco aviones entrenadores Pilatus PC-21, debutó, tras el adiós definitivo a la Patrulla Águila, por la retirada de los C-101.Tras el toque de oración del homenaje a los caídos, los Pilatus dibujaron por primera vez la bandera española en el cielo de Madrid, gracias a unos generadores de humo bajo las alas.
Lamentablemente, el bajo techo de las nubes impidió que se desarrollase el desfile aéreo con normalidad, limitándose al vuelo de los F-18, los Eurofighter y los F5, solamente cazas, y ningún helicóptero o aviones de transporte o apagafuegos.
Fue un contratiempo que no enturbió el ambiente de fiesta durante el paso de los vehículos de diverso tipo, desde un carro Leopardo 2E, en Góndola, a los Vamtac ST5 de la Infantería de Marina, o los enormes obuses.
Unidades del Ejército de Tierra, Armada, Ejército del Aire, Guardia Civil, Unidad Militar de Emergencias, Guardia Real, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y diversos organismos de Seguridad, Protección Civil y Emergencias desfilaron, que en esta ocasión ha precisado el concurso de 3.847 personas, de las que 3.323 eran hombres y 524 mujeres (un 13,6%).
Por otra parte, tomaron parte 229 caballos y 6 perros, que no opacaron la más que celebrada presencia de la única mascota del desfile, ‘Baraka’, un borrego macho de tres años que acompañó al paso específico al Tercio ‘Gran Capitán’ 1º de la Legión.
Tras concluir el desfile, los Reyes y sus hijas se marcharon en dos vehículos diferentes camino al Palacio Real para la recepción que ofrecerán a más de 1.000 personas por la fiesta.
El Día de la Fiesta Nacional de España se celebra cada 12 de octubre para conmemorar el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492. La celebración se oficializó en 1918 por el Rey Alfonso XIII y originalmente honraba la influencia mundial de España. Actualmente está regulada por la Ley 18/1987, de 7 de octubre, en la que se explica la decisión por la celebración de “una efeméride histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos”.