Así se pronunció el ministro antes de participar en Luxemburgo en el Consejo de Justicia e Interior de la UE, asegurando que «las posiciones más extremistas están en este momento acosando no solo con violencia verbal, sino en ocasiones con violencia física,” a los representantes políticos y, «por tanto, a la democracia».
«El diagnóstico es claro y es que los elementos normalmente ultraderechistas que asolan la Unión Europea están acosando a los responsables políticos, tanto en redes sociales como con violencia verbal, como también en ocasiones, lamentablemente, con violencia física», remarcó Bolaños.
Por ello, hizo hincapié en la idea de dar una «respuesta», porque se trata de «defender la democracia, defender a las personas que dan la cara por la democracia y que defienden sus ideas, defender la libertad de expresión, la libertad ideológica, la libertad de expresar cada uno su manera que tendría de gobernar el país y hacerlo sin ningún tipo de acoso, sin ningún tipo de riesgo ni de amenaza».
«Los ultraderechistas intentan amenazar las democracias europeas”, zanjó insistiendo en que “los sistemas judiciales y los países de la Unión tenemos precisamente que proteger la democracia y proteger la libertad de expresión de los responsables políticos”. Y quiso dejar claro que «España tiene en ese asunto la misma preocupación que tienen otros países de su entorno y otros países en el seno de la Unión Europea».
Sobre la reunión de ministros en Luxemburgo, Bolaños destacó que, entre otros asuntos, se va a hablar «del escudo por la democracia que está trabajando la Comisión Europea, muy en línea con el plan de acción por la democracia que aprobamos en el Gobierno de España y que estamos implementando y por tanto también es un asunto de interés compartido de todos los socios de la Unión que desde luego España está siendo pionero en implementar el plan de acción por la democracia en línea con este escudo por la democracia que está llevando a cabo la Comisión Europea y el plan de acción por la democracia europeo que también aprobó tanto el Parlamento como la Comisión.