En términos porcentuales, el organismo supervisor estima que el aumento será de 3,5 puntos porcentuales hasta el 13,9%, cifra que se incrementaría en un 5,7% para el colectivo más afectado. Asimismo, Estrada García, director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, ha señalado, durante la presentación del documento, que los hogares elegibles para acogerse al Código reformado de Buenas Prácticas de 2012 serían de 193.000 para este incremento de 400 puntos básicos del euríbor y de 549.000 potenciales beneficiados para el nuevo Código firmado en diciembre de 2022, es decir, «404.000 hogares más de los que habrían podido adherirse a la versión original», ha sentenciado. Estas cifras no se podrían sumar.
Aunque según la experiencia histórica del organismo, las tasas de adhesión son bajas. Estrada García ha explicado que, cuando se aprobó el primer Código de Buenas Prácticas, en 2012, el volumen de peticiones cayó tras los primeros años de implantación. Ahora, la tasa de realización de solicitudes se sitúa en el 25%. Teniendo en cuenta estos datos, a la versión reformada del código de 2012, se podrían adherir unos 76.000 hogares, con un capital pendiente de amortizar de 6,3 millones de euros y 193.000 hogares que podrían adherirse al nuevo Código de Buenas Prácticas de 2022, con un capital pendiente de amortizar de 16,4 millones de euros. Y siempre y cuando el escenario fuera de una crisis más profunda, de lo contrario, y sin presión financiera, las cifras bajarían hasta los 26.000 y 10.000 hogares respectivamente.
Impacto económico de los Códigos de Buenas Prácticas
Por otro lado, la aplicación de los Códigos de Buenas Prácticas tendrían efectos positivos en el consumo los hogares y en la evolución del PIB, según el Banco de España. El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos ha dedicado un capítulo del informe a analizar el impacto macroeconómico de la entrada en vigor de las ayudas hipotecarias a los colectivos más vulnerables.
De acuerdo con el documento, el alivio directo de la presión financiera sobre los deudores hipotecarios vulnerables por la aplicación de estos códigos (tanto el de 2012 que estaba en vigor como su actualización en 2022) a través de la reducción de cuotas hipotecarias tanto por la reestructuración de la deuda como por la novación se traduciría en un mayor nivel de consumo en el corto plazo. Y el Banco de España ha cuantificado de cuánto sería: un aumento aproximado del nivel de consumo en una décima en este año, y de 0,03 puntos porcentuales para el nivel del PIB real, según los cálculos realizados por el Banco de España.
El Banco de España también explica en su informe que la extensión en el tiempo de las carencias y otras medidas, como la dación en pago o la rebaja de comisiones, podrían introducir estímulos más prolongados sobre el consumo y la actividad en el tiempo, quien añade que las reestructuraciones tiene otros efectos igualmente positivos como es evitar impagos en las cuotas, algo que lastraría la confianza y nivel de consumo. Pese a estos efectos en la economía española, el Banco de España recuerda que su alcance será moderado.
Esto viene motivado porque los potenciales deudores hipotecarios que se pueden acoger a estas medidas está limitados a segmentos de hogares vulnerables o en riesgo de vulnerabilidad con deuda hipotecaria, con un peso relativo limitado sobre el conjunto de este sector. También matiza que este impacto sería nulo si finalmente los hogares que se acogieran a los Códigos de Buenas Prácticas. El Gobierno calculó que cerca de 300.000 hogares se podrían acoger al mismo, aunque, de momento, se han adherido 9.000, según los últimos datos de la patronal bancaria, la AEB.
Finalmente, el organismo también constata que la prolongación tendría otros efectos menos deseables para la población vulnerable que se acogiera a él. Para empezar, la aplicación de carencias y extensiones en el plazo de la deuda puede provocar un endeudamiento durante un mayor tiempo de los hogares, con el consiguiente impacto de los tipos de interés, e incrementar los gastos por intereses pagados a lo largo de la vida del hogar, y detraer así recursos para el consumo de bienes y servicios en períodos posteriores. A ello se puede sumar que puede desembocar en restricciones al acceso al crédito nuevo en el futuro al señalar una menor calidad crediticia de los deudores, por lo que aumentarían los costes por dotaciones: las entidades tendrían menos estímulos a la hora de participar en crédito nuevo.
Por otro lado, el Banco de España reconoce que desde marzo de este año, los graves problemas financieros experimentados por Silicon Valley Bank, otros bancos estadounidenses y Credit Suisse han desencadenado un descenso de las valoraciones bursátiles bancarias. Esto puede provocar un aumento de los costes de financiación y de tensionamiento de la liquidez del sector bancario, que afecta también a las entidades españolas, y puede presionar negativamente la situación financiera favorable con la que han iniciado 2023.
Aun así, el organismo ha roto una lanza a favor del sistema financiero español destacando sus diferencias: ausencia de exposiciones directas de importancia sistémica frente a SVB y Credit Suisse, las diferencias en el modelo de negocio con respecto a estas entidades y una amplia cobertura del fondo de garantía de depósitos, así como una posición de partida de elevada liquidez
En todo caso, la materialización de los riesgos sobre el crecimiento económico y la inflación podría generar un impacto financiero adicional negativo sobre el sector bancario, de nuevo a través de los costes de financiación, pero también en términos de deterioro de la calidad del crédito. Ante eso, el supervisor hace un llamamiento a las entidades para que lleven una política prudente de planificación de provisiones y de capital que permita utilizar el incremento de los beneficios que se ha producido en el período reciente para aumentar la capacidad de resistencia del sector.
Sube la morosidad de los créditos ICO
En cuanto a los créditos con aval ICO, el BdE constata que su morosidad se ha elevado. «El importe dispuesto vinculado a créditos a empresas con aval ICO descendió, al tiempo que empeoró su calidad crediticia», señala el documento. El importe de estas operaciones experimentó un descenso interanual del 11,3% en diciembre de 2022. Sin embargo, los activos dudosos aumentaron un 78,8% en el último año, lo que hizo que la ratio de dudosos aumentara 3,6 puntos porcentuales, hasta el 7,1%.
Dentro de los créditos ICO clasificados como dudosos, fueron los morosos (que ya han incurrido en impago objetivo) los que más se elevaron (un 177% en tasa interanual), mientras que los dudosos no morosos lo hicieron en menor medida (un 29,6% en tasa interanual).