En ese contexto, el empleo femenino ha crecido un 14,4%, desde la reforma laboral en 2021, hasta superar los 10 millones de mujeres cotizantes a la Seguridad Social, bastante más que el empleo masculino. Este avance no es casualidad y es el resultado de un modelo que apuesta por la estabilidad y la calidad del empleo», puntualizó. Los datos son optimistas pues «hoy hay más mujeres trabajando que nunca en todos los grupos de edad y cada vez en más sectores de alto valor añadido. Además, más del 70% del empleo que se ha creado entre las personas autónomas corresponde a mujeres emprendedoras, con talento y con una capacidad de resiliencia que es la mejor inserción laboral».
En definitiva, «todo esto se traduce en una mejora de su protección social, en mejores pensiones, mejores prestaciones e independencia económica. Con todo esto, la pensión media de las mujeres ha crecido un 27% desde el 2019, reduciendo la brecha en 10 puntos porcentuales, pero todavía queda mucho trabajo por hacer», comentó la Secretaria General del Ministerio de inclusión
«Me atrevo a decir que el liderazgo femenino aporta una mirada distinta, una mirada que resulta esencial en un contexto donde las empresas deben tener más responsabilidad social, y ser más empáticas y colaborativas», dijo Rodríguez. Sin embargo, también fue clara y alegó que «no nos confiemos a pesar de que algunos informes dicen que España es el país europeo con mejores datos de liderazgo femenino en la empresa. El número de mujeres directivas en los consejos de administración es de un 38%, pero realmente lo que me preocupa es que en el último año se ha reducido dos puntos. Cada generación de mujeres ha tenido que abrir su propio camino y proteger lo conquistado, porque los derechos de las mujeres son lamentablemente los primeros en ser cuestionados».
