Así lo ha expresado la presidenta del organismo, Lagarde, durante su intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, en la que ha recordado que las próximas proyecciones de los expertos del Eurosistema, que se publicarán el 18 de diciembre coincidiendo con la reunión del BCE, arrojarán más luz sobre las perspectivas de crecimiento e inflación.
«Prevemos que la inflación se mantendrá en torno a nuestro objetivo del 2% en los próximos meses. Los riesgos para las perspectivas siguen siendo bidireccionales, mientras que la incertidumbre se mantiene más alta de lo habitual debido a la volatilidad de las políticas comerciales mundiales».
Por ello, Lagarde ha reiterado una vez más que el BCE seguirá aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar la orientación adecuada de la política monetaria.
«En particular, nuestras decisiones sobre los tipos de interés se basarán en nuestra evaluación de las perspectivas de inflación y los riesgos que las rodean, así como en la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria. No nos comprometemos previamente con una trayectoria de tipos específica».
En cuanto al crecimiento, la presidenta del organismo europeo considera que la actividad económica «debería beneficiarse del aumento del gasto de los hogares y de un mercado laboral resiliente y más inclusivo, con la tasa de participación laboral más alta desde la entrada en vigor del euro». También espera que un «gasto sustancial» en infraestructura y defensa impulse la actividad económica.
«Es probable que el entorno mundial siga presentando dificultades, a medida que continúa el impacto del aumento de los aranceles sobre las exportaciones y la inversión manufacturera de la zona euro», ha indicado, detallando que los riesgos para las perspectivas se han equilibrado «gracias al acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y EEUU alcanzado durante el verano, el alto el fuego en Oriente Medio y los avances en las negociaciones comerciales entre EEUU y China».
No obstante, al mismo tiempo, ha destacado que las perspectivas «siguen siendo inciertas debido a la persistencia de la volatilidad del entorno comercial mundial, el posible deterioro de la confianza en los mercados financieros y las tensiones geopolíticas».
