Peramato, futura fiscal general del Estado, confía en que bajo su mandato «ha de sanar» la «profunda herida» que ha dejado en el Ministerio Público la condena a dos años de inhabilitación por revelación de secretos a su antecesor en el cargo, Álvaro García Ortiz, que renunció al cargo tras hacerse pública la pena impuesta por el Tribunal Supremo por la filtración de datos reservados del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, el empresario Alberto González Amador.
Así se ha pronunciado Peramato en sus primeras palabras ante la Comisión de Justicia del Congreso -trámite ineludible antes de su nombramiento-, una comparecencia en la que, además, ha reclamado un «blindaje» de la autonomía e independencia del Ministerio Fiscal.
Tras un «reconocimiento expreso» a la labor desempeñada por todos y cada uno de sus predecesores, y «en particular» a García Ortiz y «todo su equipo» para mejorar y modernizar la Fiscalía española, Peramato se ha referido expresamente a la sentencia del Tribunal Supremo. «No puedo, ni debo, eludir una mención al procedimiento penal recientemente seguido ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo -ha dicho-. Es una profunda herida que atraviesa la Fiscalía española y que ha de sanar, espero y deseo, bajo mi dirección y con el trabajo y esfuerzo de todas y todos los fiscales de este país. Cuento con todos ellos», ha manifestado la futura fiscal general.
En cuanto a la siempre cuestionada independencia del fiscal general del Estado, ha hecho referencia a que la «profunda reforma» en marcha del Estatuto Orgánico de Ministerio Fiscal supondrá una «nueva regulación del mandato del fiscal general», que no estará «acompasado al Gobierno que lo nombre».
Peramato, que como sus antecesores ha incidido en la necesidad de aumentar la plantilla de la Fiscalía, a la vista de las nuevas competencias asumidas, ha aludido también a la violencia de género, que ha ocupado buena parte de sus más de treinta años de trabajo. «El negacionismo pone en grave riesgo a las víctimas, les despoja de su condición», ha alertado a este respecto antes de recalcar que «los poderes públicos no podemos dar un paso atrás, hemos de ser firmes». «Me propongo continuar el mismo compromiso con las víctimas y seguir garantizando su protección, que se sientan amparadas por el sistema de justicia», ha asegurado, para evitar así una «victimización secundaria».
Y en cuanto a la violencia vicaria, ha afirmado que «si no protegemos a las madres, no protegemos a los niños».

