El actual sistema de planificación y concesión de permisos se ha criticado por fragmentado e inadecuado para el ritmo de expansión necesario, lo que supone un obstáculo importante para la integración de las energías renovables. Según el documento, los Estados miembros y los agentes del sector han pedido al Ejecutivo comunitario que acelere la concesión de permisos, ya que los proyectos de energías renovables pueden tardar hasta nueve años en adjudicarse, lo que provoca retrasos y costes adicionales.
En el marco del próximo plan de renovación de la red eléctrica de los 27, el Ejecutivo comunitario ha identificado ocho proyectos para «reforzar las estructuras existentes» y «garantizar los recursos», con el objetivo de ver «avances concretos» en los próximos seis a nueve meses. Entre ellos figuran las interconexiones eléctricas, el almacenamiento y el hidrógeno. El plan se centra en las conexiones de red a través de los Pirineos para integrar mejor la Península Ibérica, la conexión de Chipre con la Europa continental y la conexión de los países bálticos uniendo Lituania y Polonia.
La Comisión también apoyará el desarrollo de un centro de interconexión en alta mar en Dinamarca, ya que ve potencial para ampliarlo y conectarlo a otros puntos del mar Báltico. Por último, la Comisión también quiere impulsar las capacidades de almacenamiento de energía en la región sudoriental y promover la coordinación para desarrollar el corredor meridional del hidrógeno que conecte Túnez, Italia, Austria y Alemania.
Un proyecto de corredor de hidrógeno entre Portugal y Alemania también recibirá una «fuerte coordinación» y «apoyo político» de la Comisión. El bloque está legalmente obligado a alcanzar la neutralidad climática en 2050 y ha invertido mucho en la producción de energías renovables. Sin embargo, la obsoleta infraestructura de transmisión de energía eléctrica está creando un retraso masivo de proyectos de energías renovables pendientes de conexión a la red y socavando la transición climática.
El plan de la Comisión se centrará en la infraestructura obsoleta del bloque, especialmente en la capacidad de transmisión entre los Estados miembros, y mejorará la digitalización para garantizar que la infraestructura sea adecuada para la futura demanda de electricidad y las necesidades de transición energética.
Según los informes de Draghi y Letta, si el paquete de medidas de la Comisión funciona, podría facilitar la integración de las energías renovables y reducir potencialmente los costes de la energía con el tiempo, ya que los precios de la electricidad en el bloque siguen siendo entre dos y tres veces superiores a los de Estados Unidos.
También puede ayudar a las regiones a beneficiarse de las conexiones transfronterizas y de una mejor integración de la generación local a partir de energía solar o eólica, así como a aumentar la eficiencia de las importaciones y exportaciones. Las implicaciones de contar con una red modernizada podrían ser de gran alcance, ya que el bloque podría mejorar la capacidad para vehículos eléctricos, bombas de calor y descarbonizar la industria pesada.
El ejecutivo de la UE ha calculado en 1,2 billones de euros la necesidad de renovar la infraestructura de red del bloque para 2040. La Comisión calcula que necesitará unos 730.000 millones de euros para inversiones en redes de distribución y 477.000 millones para redes de transmisión. Aún no está claro cómo se estructurará la financiación. Sin embargo, la UE tendría que recurrir a una serie de opciones, incluidos fondos comunitarios, presupuestos nacionales, inversión privada y reparto de costes, sobre todo teniendo en cuenta la gran magnitud de la inversión necesaria.
Eurelectric ha pedido a la Comisión que cree un mecanismo de redes descentralizadas en el presupuesto plurianual de la UE para el periodo comprendido entre 2028 y 2034, entre otros. El sector sugiere que la UE destine una parte de todos los fondos para electrificación a la modernización, mejora o ampliación de la red de distribución.

