Así, en un contexto marcado por la urgencia climática, la seguridad de suministro y la reducción de costes, la red de gas se perfila como un elemento clave para avanzar hacia un modelo energético más sostenible sin partir de cero, compatible con la infraestructura existente y sin costes adicionales para los usuarios.
Dentro del conjunto de gas renovable -también llamado gas verde-, el biometano se sitúa como la opción con mayor capacidad de despliegue inmediato. Se trata de una energía producida a partir de residuos orgánicos que permite reducir emisiones y reforzar la economía circular. Para Suárez, consejero delegado de Nedgia, distribuidora de gas del grupo Naturgy, el biometano ha dejado de ser una opción de futuro para convertirse en una «solución real para avanzar en una transición energética sostenible desde el punto de vista medioambiental, económico y social».
El biometano se obtiene a partir del tratamiento de residuos orgánicos procedentes del sector agrícola, ganadero, industrial y urbano. Con las mismas propiedades que el gas natural, puede inyectarse directamente en la red y utilizarse en hogares, industrias, comercios y transporte. A diferencia de otras fuentes renovables, el biometano es una energía gestionable y almacenable, capaz de producirse de forma continua las 24 horas del día, lo que le permite aportar estabilidad a un sistema energético cada vez más apoyado en tecnologías intermitentes como la solar o la eólica. España cuenta con una de las redes de gas más extensas y eficientes de Europa. Nedgia gestiona más de 60.000 kilómetros de red, una infraestructura madura que suministra energía a 5,5 millones de consumidores repartidos en 1.150 municipios. Ese alcance de la red permite que el biometano pueda inyectarse y distribuirse sin necesidad de adaptar infraestructuras ni equipos domésticos.
Actualmente, el 80% del potencial de producción de gas verde en España se encuentra en la red de Nedgia. La compañía ha firmado ya 90 contratos de inyección de biometano, que permitirán alcanzar una capacidad de 5.025 GWh anuales, multiplicando por trece el volumen actual. En total, a finales de 2025, 14 plantas estarán ya conectadas, seis de ellas incorporadas en el último año.
Una de las principales ventajas del biometano es su impacto directo en el ámbito doméstico. Todas las calderas actuales están preparadas para funcionar al 100% con este gas renovable. Esto facilita la reducción de emisiones sin reformas ni costes adicionales para los usuarios. España es el tercer país europeo con mayor potencial de producción de biometano, con una capacidad estimada de 163 TWh anuales. Su desarrollo permitiría cubrir el 40% de la demanda nacional de gas, descarbonizar el 100% del consumo doméstico y hasta el 62% del consumo industrial. Asimismo, permitiría evitar la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano, reforzar la autonomía energética y generar un ahorro potencial de hasta 4.000 millones de euros para los consumidores, ya que se reducirían las importaciones de gas procedentes de otros países.
