Así lo refleja el análisis por subsectores que incorpora el Informe económico de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), que se ha presentado esta semana y que señala un comportamiento positivo del empleo para el sector en 2022, a pesar de las tensiones derivadas fundamentalmente de la inflación.
El sector de las bebidas es el que cuenta con un salario medio por trabajador empleado más alto, que se acerca a los 42.000 euros; sin embargo, es un 2,2% más bajo que en 2021. En el otro extremo figura la fabricación de panaderías y pastas, con un salario medio de algo más de 22.600 euros, y también ha tenido un comportamiento negativo con respecto a 2021 (-1,7%).
La industria de la molinería se sitúa con una media en el salario cercana a los 38.000 euros, pero ha sido la que más ha descendido en términos interanuales, un 2,5% de media; la misma cifra de recorte que en las empresas del sector lácteo, que superan ligeramente la barrera de los 34.000 euros de media por trabajador en activo en 2022. El informe, en términos globales, refleja una radiografía laboral con un «comportamiento favorable», con un avance en el número de afiliados a la Seguridad Social del 3,2 %, hasta los 454.800 empleos directos, y a un ritmo superior del que tiene la industria manufacturera, que fue del 2,4%.
Por ahora, uno de cada cinco empleos en la industria manufacturera lo aporta la industria de alimentación y bebidas. Aun así, el estudio alerta del repunte de los costes laborales, que aumentaron un 0,7%, por encima del registro del conjunto de la economía del 0,3%.