Las expectativas para este año son igual de buenas, ya que hay contabilizadas al menos ocho grandes transacciones, todas de ellas en la categoría de lujo, que se van a cerrar este año. A finales de marzo se inauguró el JW Marriott, el primer hotel de esa marca en España, que ha contado con una inversión de 120 millones entre adquisición y reforma, y que viene a sumarse a la milla de oro hotelera creada en torno al Four Seasons. Apenas a 100 metros de distancia también está prevista la apertura de un Nobu, la cadena hotelera de Robert de Niro, y muy cerca también se encuentra el Iberostar Las Letras, que será reformado para elevar su categoría (su compra se cerró en 70 millones). Un poco más lejos queda el hotel Palace, propiedad de Archer y gestionado por Marriott, que va a proceder a una reforma integral de 500 habitaciones para ponerse al mismo nivel del Ritz, sometido a una reforma integral, o del Rosewood e incluso del Four Seasons, para poder cobrar los mismos precios. Esta explosión de la inversión hotelera se produce en paralelo a la menor llegada a Barcelona, coincidiendo con las restricciones fijadas para la entrada de inversión hotelera. La capital catalana impide desde 2017 la construcción de nuevos hoteles y solo permite la reforma de inmuebles que tengan uso hotelero. En 2022, la inversión hotelera cayó de 753 a 225 millones, la cifra más baja de la serie histórica.
La nueva ley de turismo en Baleares entró en vigor el pasado verano y fijaba una moratoria hotelera de cuatro ejercicios, de tal modo que durante esas fechas no se podrá construir ni una sola plaza hotelera adicional y todas aquellas que se dieran de baja no volverían a entrar en la bolsa de habitaciones creada para cada archipiélago durante ese período. Unas limitaciones que suavizó la nueva ley de Sostenibilidad Turística, que contemplaba la posibilidad de hacer reformas en los edificios con usos hoteleros con una condición: fijaba un máximo de incremento del 15% de la edificabilidad y al mismo tiempo exigía un recorte del 5% en el número de camas. Los datos del último informe de inversión hotelera de Colliers, correspondiente a 2022, muestran que esa norma no tuvo ningún impacto el pasado ejercicio, en el que se captaron 913 millones de euros, casi el doble respecto a los 541 millones de 2021 y un 27,8% del total en España.