Según Andimac, el sector de las reformas ha registrado una caída de la actividad del 1,4% en 2022 respecto al boom de 2021 y prevé que el 2023 concluya con otra bajada del 2,9%. Causa de ello, el descenso en lo que resta de año la reforma asociada a la compraventa de vivienda usada, que puede descender hasta un 15%.
La subida de las hipotecas, unido a un menor poder adquisitivo por parte de los hogares como fruto de la situación de inflación hace prever una moderación en las actividades de compraventa. La inversión inmobiliaria en España se reducirá entre un 20% y un 30% en 2023, con una caída más acentuada durante el primer semestre seguida de una recuperación y signos de crecimiento en la última parte del año, dice el informe ‘Real Estate Market Outlook 2023’, elaborado por la consultora inmobiliaria CBRE.
En los datos facilitadores por la patronal no se tiene en cuenta el efecto sobre la actividad de las inversiones que contempla el Plan de Recuperación y Resiliencia destinadas a la rehabilitación energética de edificios y viviendas. Pero es que los fondos europeos todavía no están llegando al tejido productivo. De hecho, según las previsiones del sector, los fondos que se libraron en 2021 no empezarán a surtir efecto hasta el segundo semestre del año.
De cualquier forma, desde Andimac subrayan que todo dependerá del compromiso que muestren durante los próximos meses las comunidades autónomas a la hora de facilitar los procesos de preconcesión y financiación inicial de las obras. La complejidad burocrática es uno de los obstáculos principales a la hora de que las Comunidades de vecinos se decidan a impulsar obras de reforma y adaptación.
Desde la patronal pronostican que, si no se dificulta la actividad en los diferentes procesos administrativos, la actividad en el segmento de rehabilitación energética podría alcanzar a las 70.000 viviendas. Algo que señalaría ya una senda creciente de cara a 2024. Esto podría compensar la caída de la reforma de interiores. Si este pronóstico se cumple, la actividad pasaría de una caída prevista (-2,38%) a un valor positivo (0,5%). Confían también en que la reforma en vivienda habitual o segunda vivienda pueda crecer hasta un 2,5% si el impulso de la rehabilitación se convierte en un detonante para que algunos propietarios aprovechen el tiempo de obras para realizar mejoras de reforma interior en sus viviendas.
Respecto al 2022, la actividad del mercado de materiales para edificación (obra nueva, rehabilitación y reforma de viviendas) creció un 1,85%, impulsado por el crecimiento de la obra nueva (12,75%). El estudio de la consultora Arthursen para la patronal achaca la bajada a la crisis energética y su repercusión sobre los precios y el poder adquisitivo. Aunque también tiene en cuenta el efecto base que representó «un ejercicio 2021 muy expansivo para el segmento de la reforma».
El valor económico del mercado de los materiales creció en 2022 en torno a un 9%. Pero para el año en curso se prevé una moderación de los precios de los materiales, situándose en torno a la media de la inflación prevista. Eso haría que en el segmento residencial crezca cerca de un 1,2%.
Desde Andimac recuerdan que desde el estallido de la guerra de Ucrania en febrero del año pasado, se ha producido una caída de la reforma en vivienda habitual de hasta el 4,5%. Precisamente, ocurre al contrario de lo pronosticado para 2023. El retroceso del conflicto se ha visto compensado en términos económicos «por el alza de los materiales y, en especial, por la vivienda de segunda mano, ligada a la compraventa de vivienda usada, que ha mantenido un vigor muy superior al esperado», explican. Reformar la vivienda también ha sido más caro que en 2021. El gasto medio en una reforma media por hogar durante 2022 se situó en los 1.082 euros, un 4,6% más que el ejercicio precedente. El número de reformas también cayó un 1,4%, a los 1,75 millones.