• El crecimiento interanual del número de afiliados mantiene un crecimiento casi invariable desde hace nueve meses; +2,7% en febrero.
• Ahora hay 20,71 millones de afiliados, el mayor número para un mes de febrero de la serie histórica, con 538.200 nuevos empleos en los últimos 12 meses.
• Por quinto mes consecutivo, los Servicios encabezaron el aumento del empleo (+3,1%), aventajando a la Construcción (+2,2%). En cambio, el sector agropecuario perdió empleo por 31º mes consecutivo. El empleo asalariado (+3,0% interanual) continúa aumentando. Los no asalariados prolongaron el repunte del mes anterior: +0,8%, su mayor incremento desde junio de 2022.
• El paro registrado cayó por 34º mes consecutivo en términos interanuales. Su caída fue 5,2%.
• Ahora hay 2,76 millones de parados registrados, a los que pueden sumarse 555.000 con “disponibilidad limitada” y otras situaciones (+8,3% interanual). Si también se suman las personas en ERTE (10.700 personas) y los fijos discontinuos que no trabajan, la definición más amplia de paro llegaría a casi 3,9 millones de personas (-0,1%).
• Tras caer 20 meses seguidos, el número total de contratos firmados aumentó 4,8% interanual. En total se firmaron 1,14 millones de contratos. Aun así, excluyendo 2023, es el dato más bajo para un febrero desde 2014.
• Los contratos indefinidos de tiempo parcial fueron los de mayor crecimiento (+9,2%), seguidos por los de jornada completa (+7%). Los fijos-discontinuos, en cambio, fueron los que menos avanzaron (+2%).
• En marzo, la afiliación tiende a subir, cosa que será más marcada este año porque Semana Santa caerá este mes (cosa que no ocurre desde 2018). De ahí que el paro registrado volvería a caer. El empleo alcanzaría a 20,88 millones de ocupados (+2,5% interanual) y el paro registrado alcanzaría a 2,73 millones de
personas (-4,7% interanual).
En definitiva, los datos de febrero ratifican la persistencia de un desequilibro preocupante: mientras el nivel de actividad se desacelera, el número de afiliados a la Seguridad Social continúa creciendo a un ritmo casi inalterado. No es una diferencia de pocas décimas. En este primer trimestre, el PIB crecería menos de la mitad que en el mismo período de 2023, cuando se expandió +4,5%.
La desaceleración del ritmo de actividad económica sería aún más marcada si se elimina del cálculo el aumento del Consumo del sector público, que viene siendo el componente más dinámico de la demanda. El desequilibrio consiste en la caída del PIB por persona ocupada, es decir, el descenso de la productividad. La preocupación consiste en que la menor productividad eleva los costes laborales por unidad producida, precisamente en un momento en que los costes laborales (salarios, cotizaciones, premios, bonos
y otros componentes del coste laboral), ya están creciendo por encima de la inflación.
El paro registrado continúa descendiendo a una velocidad mayor de la que sugeriría el contexto económico, aunque si atendemos a la “definición ampliada” (que suma al paro registrado otros colectivos de parados que se cuentan por separado, como los fijos-discontinuos inactivos) ha dejado de caer de manera significativa desde hace un año.
Los datos de marzo estarán impactados porque Semana Santa es a final de ese mes (jueves 28 y viernes 29), cosa que no ocurre desde 2018. Así, el aumento de la actividad turística permite anticipar un incremento del empleo y una caída del paro. La afiliación llegaría a 20,88 millones (+2,5% interanual), mientras que el paro registrado cedería hasta 2,73 millones de personas, en su definición restringida (-4,7% interanual).