Por rama de actividad, el crecimiento fue generalizado, con avances más destacables en bienes de equipo (3,0% intermensual) y energía (2,9% intermensual). Por su parte, la cifra de negocio del sector servicios avanzó un notable 2,1% intermensual, impulsando el crecimiento interanual al 4,7% (1,2% el mes anterior), máximo en casi un año. Por sectores, destacó el buen comportamiento del comercio al por mayor, con un avance del 2,5% intermensual, y de la hostelería, con un crecimiento del 2,0% intermensual.
La creación de empleo en España mantiene un notable vigor. En el periodo que va del 15 de marzo al 15 de abril, la afiliación registró un aumento de 63.721 personas en términos desestacionalizados, un dato algo inferior al total de marzo (77.876), pero muy similar al promedio mensual del 1T (63.242). Sin desestacionalizar, esta cifra equivaldría a unos 210.000 afiliados más, un crecimiento algo inferior al de abril de 2023 (+238.000, un dato excepcionalmente elevado, al caer la Semana Santa en la primera semana de abril), pero por encima del promedio de 2014-2019 (174.000).
El nerviosismo se adueña de los mercados financieros
El aumento de la incertidumbre vinculada al recrudecimiento de las hostilidades en Oriente Medio y la creciente creencia entre los inversores de que los tipos de interés permanecerán altos por más tiempo, especialmente en EE. UU., dominaron el sentimiento de los mercados financieros durante toda la semana. Los comentarios de J. Powell apuntando a que, tras las recientes sorpresas al alza en la inflación, la Fed probablemente necesitará más tiempo para confirmar que verdaderamente se está encaminando hacia el objetivo del 2%, provocaron el retraso en las expectativas de la primera bajada de los tipos de interés en EE. UU. El mercado descuenta que ya no habrá recortes en junio, y se pone en duda que, incluso, se produzcan dos en lo que queda de año. En la eurozona, por el contrario, las declaraciones de las autoridades del BCE siguen apuntando a que en junio se producirá el primer descenso de los tipos y el debate en los mercados gira sobre si en julio podría haber un segundo recorte o si será conveniente retrasarlo a septiembre. En este contexto, la rentabilidad de los treasuries aumentó notablemente (+13 p. b. hasta el 4,63% en el de 10 años), arrastrando al alza a las referencias europeas (+14 p. b. hasta el 2,50% en el bund a 10 años). Sin embargo, estos incrementos se revirtieron, en parte, tras el bombardeo de Israel sobre Irán, Irak y Siria en la madrugada del viernes, en un movimiento de aversión al riesgo alimentado por el aumento de la incertidumbre. Mientras, el dólar siguió mostrando su fortaleza gracias a su papel de activo refugio y al alza de la rentabilidad de la curva soberana estadounidense, manteniendo su cruce con el euro en torno a 1,06 dólares por euro. En el terreno bursátil, el retraso en las expectativas de recorte de tipos en EE. UU. provocó un repunte de la volatilidad hasta máximos de seis meses, lo que, sumado a un tibio inicio de la campaña de resultados de compañías del 1T 2024, se tradujo en pérdidas superiores al 2% en las bolsas estadounidenses. Los índices europeos, por el contrario, resistieron mejor esta divergencia de las expectativas de política monetaria y mostraron un mejor comportamiento, si bien el ataque de Israel en la madrugada del viernes provocó que los principales índices europeos abrieran la sesión con pérdidas en torno al 1,0%. Por otro lado, el aumento de las tensiones en Oriente Medio tuvo un efecto significativo sobre los precios de las materias primas. De una parte, el precio del oro marcó un nuevo récord (2.383 dólares/onza) y, de otra, el precio del barril de Brent cotizó alrededor de los 90 dólares, sostenido por la combinación de una oferta limitada por la OPEP y sus aliados, de una demanda creciente y de un potencial conflicto armado en el que participaría Irán, el tercer mayor productor de Oriente Medio (3,4 millones de barriles al día en 2023).