Los incidentes cibernéticos son el riesgo que experimenta una mayor bajada en el país, con un 12% menos respecto al pasado año. La pérdida de beneficios sube un puesto y ocupa este año la primera posición. Además, el cambio climático sube dos posiciones en el ranking con un 19%. Para las empresas españolas el riesgo de la crisis energética ha disminuido un 6% y ha bajado dos posiciones en la clasificación nacional, ocupando la 7ª posición con un 14%. Los cambios en la legislación y regulación se mantienen en el 6º puesto con un 16%. La corrupción, el fraude y el robo, además de los riesgos políticos y la violencia, irrumpen en el top10 de esta edición ocupando la novena y décima posición con un 12% y 10%, respectivamente.
A nivel mundial, los incidentes cibernéticos, los ataques de ransomware, las violaciones de datos y las interrupciones informáticas son la mayor preocupación para las empresas en 2024. El riesgo de pérdida de beneficio, estrechamente relacionado, ocupa el segundo lugar. las catástrofes naturales, los incendios y explosiones, robo fraude y corrupción y los riesgos políticos y la violencia son los que más se han incrementado en el último informe.
Papanikolaou, CEO de Allianz Commercial, comenta los resultados: “los principales riesgos y las subidas más relevantes en el Barómetro de Riesgos de Allianz de este año reflejan los grandes problemas a los que se enfrentan las empresas de todo el mundo en este momento: la digitalización, el cambio climático y un entorno geopolítico incierto. Estamos ya viendo los efectos de muchos de estos riesgos con un clima extremo, los ataques de ransomware y los conflictos regionales que se espera que pongan a prueba la resistencia de las cadenas de suministro y los modelos de negocio aún más en 2024. Los corredores y los clientes de las compañías de seguros deben ser conscientes y ajustar sus coberturas de seguros en consecuencia”.
El informe refleja que las grandes corporaciones a nivel mundial, así como las medianas y las pequeñas empresas, tienen las mismas preocupaciones: las ciberamenazas, la pérdida de beneficios y las catástrofes naturales. Sin embargo, la brecha de resiliencia entre las grandes y las pequeñas empresas se está ampliando, ya que la concienciación sobre el riesgo entre las grandes organizaciones ha aumentado desde la pandemia, con un notable impulso para mejorar la resiliencia, tal y como señala el informe. Por el contrario, las empresas más pequeñas a menudo carecen del tiempo y los recursos necesarios para identificar y prepararse eficazmente para una gama más amplia de escenarios de riesgo y, como resultado, tardan más tiempo en volver a poner en marcha el negocio después de un incidente inesperado.
Los incidentes cibernéticos (36%) se sitúan como el riesgo más importante a escala mundial por tercer año consecutivo y por primera vez con un claro margen (5%). Es el principal peligro en 17 países, entre ellos Alemania, Australia, Estados Unidos, Francia, India, Japón y Reino Unido. La violación de datos se considera la ciber amenaza más preocupante para los encuestados del Barómetro de Riesgos Allianz (59%), seguida de los ataques a infraestructuras críticas y activos físicos (53%). El reciente aumento de los ataques de ransomware -en 2023 se produjo un preocupante resurgimiento de la actividad, con un aumento de la actividad de reclamaciones de seguros de más del 50% en comparación con 2022- ocupa el tercer lugar (53%).
“Los ciberdelincuentes están explorando formas de utilizar nuevas tecnologías como la inteligencia artificial generativa (IA) para automatizar y acelerar los ataques. El creciente número de incidentes causados por la mala seguridad cibernética en los dispositivos móviles en particular, una escasez de millones de profesionales y la amenaza que enfrentan las empresas más pequeñas debido a su dependencia de la externalización se espera que impulsen la actividad cibernética en 2024”, Sayce, Responsable Global de Cyber, Allianz Commercial.
A pesar de la disminución de la pérdida de beneficios tras una pandemia en 2023 (31%), este riesgo mantiene su posición como la segunda mayor amenaza mundial en la encuesta de 2024. Este resultado refleja la interconexión en un entorno empresarial global cada vez más volátil, así como una fuerte dependencia de las cadenas de suministro para productos o servicios fundamentales. Mejorar la gestión de la continuidad del negocio, identificar los cuellos de botella en la cadena de suministro y contar con proveedores alternativos siguen siendo prioridades clave de gestión de riesgos para las empresas en 2024. En España, ocupa el primer puesto con un 40%.
Las catástrofes naturales (26%) son uno de los riesgos con mayor crecimiento esta edición, ocupando el tercer puesto del ranking global y subiendo tres posiciones. A nivel nacional, este riesgo es el que ha experimentado un mayor crecimiento ocupando el 4º puesto con un 38%.
2023 fue un año récord en varios frentes. Fue el año más caluroso desde que se tienen registros, mientras que las pérdidas aseguradas superaron los 100.000 millones$ por cuarto año consecutivo, impulsadas por la factura de daños más alta de la historia de 60.000 millones causada por fuertes tormentas eléctricas. Mundialmente, las catástrofes naturales son el riesgo número 1 en Croacia, Grecia, Hong Kong, Hungría, Malasia, México, Marruecos, Eslovenia y Tailandia, muchos de los cuales sufrieron algunos de los sucesos más significativos de 2023. En España, el pasado año sufrimos la mayor sequía en décadas y cerramos el año hidrológico en septiembre con un déficit de lluvia del 12%.
Aunque el cambio climático (18%) se mantenga en la misma posición del ranking global, la 7ª, se encuentra entre los tres principales riesgos empresariales en países como Brasil, Grecia, Italia, Turquía y México. Los daños físicos causados a los activos de las empresas por fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y graves constituyen una amenaza clave.
Los sectores de los servicios públicos, la energía y la industria se encuentran entre los más expuestos. Además, se espera que los riesgos de transición a cero emisiones netas y los riesgos de responsabilidad aumenten en el futuro a medida que las empresas inviertan en nuevas tecnologías con bajas emisiones de carbono, en gran medida no probadas, para transformar sus modelos de negocio.
Como era de esperar, dados los conflictos actuales en Oriente Próximo y Ucrania, y las tensiones entre China y EE.UU., los riesgos políticos y la violencia (14%) pasan del puesto 10 al 8. En España, es la primera ocasión que se incluye en el top 10, ocupando la última posición con un 10%. 2024 es también un año electoral, en el que hasta el 50% de la población mundial podría acudir a las urnas en India, Rusia, Estados Unidos y Reino Unido. La insatisfacción con los posibles resultados, unida a la incertidumbre económica general, el alto coste de vida y la creciente desinformación alimentada por las redes sociales, hace prever un aumento de la polarización social lo que desencadenará más agitación social en muchos países. Sin embargo, entre los encuestados en el Barómetro de Riesgos de Allianz existe cierta esperanza de que en 2024 se asienten los altibajos económicos experimentados desde la crisis de la Covid-19, lo que se traduce en que la evolución macroeconómica (19%) descienda al 5º puesto desde el 3º. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento económico siguen siendo débiles, muy por debajo del 1% en las principales economías en 2024, según Allianz Research.
“Este crecimiento mediocre es un mal necesario: las altas tasas de inflación serán finalmente cosa del pasado”, afirma Ludovic Subran, Economista Jefe de Allianz. “Esto dará a los bancos centrales cierto margen de maniobra, y es probable que bajen los tipos de interés en la segunda mitad del año. Ni un segundo demasiado tarde, ya que no cabe esperar estímulos de la política fiscal. Una advertencia es el considerable número de elecciones en 2024 y el riesgo de nuevas convulsiones en función de ciertos resultados”, insiste.
En un contexto global, la escasez de mano de obra cualificada (12%) se considera un riesgo menor que en 2023, bajando del puesto 8 al 10. Sin embargo, las empresas de Europa Central y Oriental, Reino Unido y Australia lo consideran uno de los cinco principales riesgos empresariales.