La gestora americana aún tiene pendiente el pago de más de 250 millones de euros de los ajustes posteriores al cierre de la compra de los activos de Telxius. La operación de venta se firmó en enero de 2021 pero no se culminó completamente con la incorporación de todas las torres hasta ese verano (cerca de 20.000 en el Viejo Continente y más de 11.000 en los grandes mercados en Latinoamérica). Por tanto, el primer año completo en el que Telefónica ha ejercido como cliente de American Tower fue el pasado 2022.
Pese al espaldarazo que supuso para el negocio europeo de American Tower la compra de Telxius, estos ingresos aún se sitúan muy lejos de lo que genera la española Cellnex, con más presencia en otros países. En el año 2022 rozaron los 3.500 millones de euros procedentes de más de 100.000 torres en su cartera. Los americanos colocan a la española en dicho informe como uno de sus rivales directos, junto con otras ‘torreras’ como Crown Castle International, Telesites o SBA Communications Corporation.
Ambas empresas tienen un acuerdo de largo plazo de menos de 30 años en el que Telefónica le abonará un precio por el mantenimiento de las torres ya construidas y la puesta en marcha del programa de construcción de nuevos emplazamientos (lo que en el argot se conoce como ‘built to suit’). Los americanos se comprometieron a dos años sin despidos entre los 250 empleados de esta división pasarán en los próximos días a las filas estadounidenses -se cumplen a mediados de este año-. El único fleco que queda por cerrar es el del pago de una parte del dinero en los ajustes ‘post-firma’. Según queda reflejado en el citado informe, el precio inicial fue de unos 7.700 millones de euros, sujeta a ciertos ajustes. Esos ajustes, junto con otros pagos diferidos incluidos en el pacto, hace que American Tower aún tenga pendiente en su pasivo un total de 254 millones de euros de pagos diferidos que vencen en septiembre de 2025.