En su participación en el foro CREO organizado por Cinco Días, Ruiz-Tagle afirmó que lo que se conoce es que hubo problemas de sobretensión y que la responsabilidad de amortiguar esos fenómenos «no es de los operadores, ni de la distribución, ni de la generación». «Es del operador único y exclusivo de la red. Y eso sí que lo quiero dejar claro. Irresponsabilidad no significa culpable. Yo soy responsable en Iberdrola, pero puedo ser no culpable de algo que haya ocurrido. Con lo cual, lo que sí hay que tener cuidado es separar muy bien la responsabilidad de la culpabilidad», añadió al respecto. Por ello, el directivo consideró «importante dar luz sobre lo que pasó porque supone un antes y un después en el sector eléctrico español» y la única «certeza general es que hubo un cero nacional». A este respecto, relató que antes del apagón -los días 16, 22, 24 y el propio 28 de abril- ya hubo episodios de fuertes oscilaciones en la red que le debieron haber indicado a Red Eléctrica «una cantidad de alarmas enormes por sobretensiones».
Ruiz-Tagle pidió así salir de este incidente «con datos y buscando realmente dónde está el problema», para lo que estimó necesario que «se haga pública» toda la información disponible. «No es posible que haya más investigación con más datos de terceros que de propios», dijo.
Además, sin querer «entrar en el mundo de las especulaciones ni los titulares» y lamentando las últimas acusaciones de la presidenta de Redeia, Corredor, poniendo a las eléctricas en el foco del incidente, pidió saber «cómo operó la interconexión con Francia».»El día 22, cuando se produjo el problema, cambiaron el sentido de la interconexión y consiguieron controlar las tensiones. Ese día quedó exportando. No sé qué pasó», aseveró, añadiendo, además, que cinco minutos antes del suceso se pidió por el operador del sistema un ciclo combinado a la compañía. «No queremos entrar en polémicas, sino que esto se aclare, que se aclaren las responsabilidades».
Y es que Ruiz-Tagle lamentó que «escuchando y viendo las noticias claramente se está señalando desde el minuto uno» a las eléctricas como responsables del incidente y aseguró que el problema de generación «fue el efecto, pero no la causa».
Por su parte, el presidente ejecutivo de Naturgy, Reynés, se mostró más prudente y consideró necesario esperar a conocer los resultados de la investigación del apagón eléctrico para conocer las causas que llevaron al incidente. «Yo lo que pudo fallar no lo sé y creo que para ello hay una investigación. Llevamos aportados más de mil millones de datos. Nosotros además tenemos una visión parcial. Representamos más o menos el 20% y seguro que hay conclusiones después del análisis cuando toque».
Lo que sí que puso en valor fue la capacidad para llevar a cabo la reposición del sistema eléctrico tras el cero, «rescatando y suministrando a los clientes lo más rápido que se pudo teniendo en cuenta que además durante ese proceso hubo fallos de comunicaciones también derivados por la alimentación eléctrica y por lo tanto no todo el mundo podía estar disponible en los mismos sitios para hacer las cosas que supuestamente tenían que hacer». Respecto a las nucleares, Reynés consideró que «se está en tiempo» de prolongar el cierre de la central de Almaraz, la primera que tiene prevista su clausura en 2027. Además, señaló que es «lógico» plantearse una revisión de ese calendario de cierre que acordaron las empresas propietarias con Enresa, ya que «las circunstancias de 2019 podían ser distintas a las actuales».
Por su parte, el consejero delegado de Endesa, Bogas, considera que corresponde al comité de investigación del Gobierno decir las causas que llevaron al apagón eléctrico del pasado 28 de abril, «más que a Red Eléctrica, que es arte y parte». En su participación en el foro CREO, Bogas afirmó que, en su opinión, el comité de investigación debería, «aparte de sus funciones por encontrar las causas, hacer todo un repaso del sistema y ver qué fortalezas tiene el sistema y, por otro lado, qué debilidades tiene para corregirlas». Es decir, que aprendamos y que las corrijamos».No obstante, Bogas señaló que «el responsable de la estabilidad del sistema eléctrico es Red Eléctrica de España» y afirmó que ese día en la red había «unas tensiones muy por encima de las normales y de forma continua y oscilantes, que no se amortiguan en todo el tiempo».
«A partir del plan que sale de la subasta marginalista, (Red Eléctrica) decide el plan viable, es decir, decide qué centrales, aunque sean baratas, no pueden producir porque tienen que producir otras centrales para estabilizar las tensiones, para tener una reserva de subida y bajada y para que el sistema sea estable. Y no me cabe ninguna duda de que lo hace según los parámetros que tiene que hacerlo y aquello funciona perfectamente», aseveró. El directivo reconoció que hacer un diagnóstico por parte de Endesa de lo que ocurrió «no es posible», ya que no dispone de toda la información. «Disponemos de información parcial», dijo, defendiendo además que todas las instalaciones de la eléctrica «dispararon o bien por sobretensión o una vez que por sobretensión habían disparado unas instalaciones por sobrefrecuencia como consecuencia».
Asimismo, además, de las dos oscilaciones de frecuencia que se amortiguan antes del evento, indicó que Red Eléctrica cambió el modo de operación de la interconexión con Francia. «La interconexión es en corriente alterna, pero hay un cable de 1.000 megavatios (MW) que va en corriente continua y funciona normalmente en emulación de alterna para que todo funcione, pero por el hecho que sea, que seguro que seguirán los protocolos que tengan que seguir, se pone en continua, es decir, mandando 1.000 megavatios hacia Francia», dijo, añadiendo que este hecho «reduce la inercia del sistema».
Por otra parte, Bogas subrayó que desde el apagón Red Eléctrica está operando con «seguridad reforzada», que es «carita», pero que da más inercia al sistema. Respecto a las nucleares, Bogas señaló que «en breve plazo» los operadores presentarán al Gobierno esa solicitud para la extensión de la vida útil de la central de Almaraz.
A este respecto, indicó que una extensión en dos y tres años de cada uno de sus ciclos, hasta 2030, no representa «un cambio radical» y añadió que es una petición en la que hay consenso entre sus tres propietarios -Iberdrola, Endesa y Naturgy-.