La inflación puede seguir siendo un quebradero de cabeza para el Banco Central Europeo, al menos durante los primeros meses de 2024, cuando debería experimentar un ligero repunte antes de primavera, para comenzar a aflojar el paso a partir del segundo trimestre. Esta premisa es la que lleva al director del departamento de análisis de mercados de Bankinter, Ramón Forcada, a desmarcarse del consenso acerca de las bajadas de los tipos de interés, para proyectar las primeras reducciones «no antes» del tercer trimestre de 2024.
«Con suerte, la Fed podría adelantarse al resto de bancos centrales y aplicar una primera bajada en septiembre, aunque es arriesgado porque las elecciones son el 5 de noviembre y podría interpretarse en clave política. Ese evento lo complica todo. De hecho, es el principal factor de riesgo para 2024», señalan desde Bankinter. Durante la presentación de las perspectivas anuales, la firma destaca que el Banco Central Europeo (BCE) podría ejecutar su primer recorte en octubre, siempre que el IPC se estabilice en el 2,5% y la tasa subyacente -excluye energía y alimentos no elaborados- ronde el 3,5%.
La clave estará en los efectos de segunda ronda sobre la inflación, que pueden forzar a un repunte durante el primer semestre. «Por eso defendemos que las bajadas de tipos tardarán más de lo que se cree y serán menos profundas de lo que se descuenta», añaden. En este contexto, su estrategia de inversión se basa en un escenario «mejor de lo que parece, pero más lento de lo que se espera», con un ciclo expansivo «sólido» en Estados Unidos y más débil en Europa, mientras el euro se deprecia ligeramente. Con la expectativa de que la renta fija lo debería hacer mejor en 2024 y de que puede ser un «buen ejercicio» tanto para la deuda corporativa como para la gubernamental prevén que ofrezcan rentabilidades atractivas.
«Si las empresas mantienen su ritmo de actividad y los costes de financiación bajan, los bonos corporativos deberían hacerlo bien», argumentan. De su lado, las bolsas pueden afrontar «una fase de ajuste en 2024» tras un ‘rally’ en el último mes y medio que se puede extender a las primeras semanas del año. «Los ajustes generan oportunidades, siempre que el ciclo económico sea expansivo, como continuamos convencidos que efectivamente es. Pero creemos que 2024 no será fácil de gestionar porque generará frustraciones al combinar periodos erráticos con otros de estancamiento y avances ocasionales», enfatizan. Esto les lleva a decantarse por sectores como el inmobiliario, que lo incorporan a su cartera, la ciberseguridad, mientras siguen priorizando áreas como la de semiconductores, infraestructuras, seguros o ‘utilities’. Entre las novedades respecto a las revisiones anteriores está la pérdida de interés por petroleras, por la «menor capacidad de la OPEP de influir en los precios» y el auge de las renovables, así como el bancario, al considerar que «existen otras alternativas más atractivas en el entorno actual». De este modo, sitúan al Ibex 35 a doce meses en los 11.317 puntos, un potencial ligeramente superior al 10%