El bolsillo está, de hecho, muy presente en las respuestas que dan los ciudadanos a la encuesta, puesto que otro 14,2% de estos sitúa los problemas relacionados con la calidad del empleo entre las cinco mayores dificultades que encara el país -de hecho, esta se sitúa por primera vez en quinta posición-. Junto a estas inquietudes, los ciudadanos colocan los problemas políticos en general (que de acuerdo con un 22% de los participantes en la muestra son el tercer asunto en discordia) y la sanidad (14,2%).
Ahora bien, preguntados por cuál es el problema que más les afecta personalmente, los encuestados vuelven a situar la crisis económica a la cabeza, aunque con un porcentaje más elevado (44,6%) y muy por delante de los dos siguientes: sanidad (24,1) y desempleo (16,1). El sexto problema sería la vivienda, en plena escalada de los tipos hipotecarios -ya sea el Euríbor, al que están referenciados la inmensa mayoría de los préstamos a tipo variable en España, o la oferta de créditos a tipo fijo-. Esta encuesta se ha realizado en un momento de elevada incertidumbre, en el que la inflación permanece elevada (sobre todo la de los alimentos, que se mantuvo en el 16,5% en marzo) y en el que el crédito se ha encarecido y empieza incluso a restringirse por la subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y por las turbulencias financieras.