El estudio subraya que las autonomías que han tenido una evolución de la facturación más positiva en el último año son aquellas que estaban más rezagadas en el proceso de recuperación del nivel del PIB prepandemia y las que muestran unas condiciones de demanda más favorables. El análisis se realiza sobre los últimos cuatro trimestres (desde el tercer trimestre de 2022 hasta el segundo de 2023) porque este período «ha estado marcado por la agudización de las presiones inflacionistas asociada a la guerra en Ucrania». La invasión rusa de Ucrania «ha contribuido a la desaceleración de la economía española, tras el fuerte repunte observado en el segundo trimestre de 2022, debido, al menos en parte, al impulso expansivo de la reapertura de la economía tras la pandemia».
Los expertos del Banco de España registran que las empresas de las regiones Sur, Centro, Noroeste y Cataluña reportaron una mayor atonía en su facturación, mientras que las de Canarias y la Comunidad de Madrid declararon una evolución más favorable de sus ventas.
Detrás de estas diferencias regionales en la evolución reciente de la facturación existen varios factores, entre los que cabe resaltar el impacto de la pandemia y la posterior reapertura de la economía. «En términos generales, las regiones cuya facturación ha evolucionado de manera más favorable en el último año tienden a ser las que a mediados de 2022 estaban más rezagadas con respecto al nivel de actividad observado antes de la pandemia», insiste el análisis.
Canarias, con una elevada dependencia del turismo y que sufrió de manera más intensa las restricciones de movilidad, ha sido el territorio donde la facturación se ha expandido con más vigor, en consonancia con la progresiva normalización de los desplazamientos. Por su parte, la evolución positiva de las ventas empresariales en la Comunidad de Madrid está relacionada con la mayor especialización en el sector servicios, que se ha comportado de forma más dinámica que las ramas industriales a lo largo del último año.
Por otro lado, las CCAA del Centro, Sur y Noroeste, que estaban menos rezagadas, debido a su menor dependencia de las ramas de contacto social, son las que mostraron una ralentización más acusada de la facturación empresarial. En este sentido, las diferencias en las condiciones de demanda declaradas por las empresas en cada territorio también explican la heterogeneidad entre regiones en la evolución de la facturación. La escasez de demanda como factor limitativo de las ventas afectó, en el promedio de los últimos cuatro trimestres, a un 20% de las compañías españolas. Sin embargo, este factor impactó de manera más negativa en algunas regiones, en particular en las dos regiones del norte del país (Noreste y Noroeste), que presentan un mayor peso de las ramas industriales —con peor desempeño económico en este período— en su estructura productiva, mientras que la demanda en Canarias exhibió una evolución más favorable, dada la recuperación vigorosa de los flujos turísticos. «En aquellos territorios donde las empresas declararon una menor escasez de la demanda se observa mayor dinamismo de la facturación», remarca el análisis del Banco de España.
Entre los factores de oferta, el aumento de los precios energéticos está afectando de manera más negativa a la actividad de las empresas de Canarias y de la región Centro, lo que está relacionado con el carácter intensivo en energía de los viajes en avión y barco en el primer caso, y con la mayor dispersión de la población y la lejanía de los centros de distribución y consumo en el segundo.
En relación con los problemas de disponibilidad de mano de obra, las empresas canarias y catalanas declaran una menor afectación. Esto contrasta con las mayores dificultades de las empresas de las regiones de Centro y Noroeste y Este, lo que puede estar vinculado con cuestiones como el mayor peso de la agricultura y la despoblación en las dos primeras regiones, y el mayor peso del empleo turístico estacional en la región Este.
Por su parte, las dificultades para recibir suministros de los proveedores habituales habrían afectado más negativamente a las CCAA del Noreste (con mayor peso de la industria). La incertidumbre sobre política económica afecta de manera desigual. Mientras que en las CCAA de Cataluña y de la zona Noreste la incidencia de este factor es unos 10 puntos menor que en la media nacional, las empresas de las CCAA del Centro declaran un impacto negativo significativamente superior a la media.
Otro factor es la mayor o menor actividad con los fondos europeos. Un 16,5% de las compañías españolas ya habían realizado alguna solicitud de estos fondos europeos, mientras que un 73,5% ni habían realizado ni tenían previsto realizarla.
Las empresas de Madrid y de las CCAA del Este han sido, hasta ese momento, particularmente activas en este ámbito, ya que alrededor de un 20% ya habían realizado una solicitud, frente a los porcentajes más reducidos que se observan en Canarias y Cataluña (10%). No obstante, estas diferencias regionales son algo menores una vez se tienen en consideración las empresas que tienen previsto realizar alguna solicitud en los próximos meses.
Las empresas de Cataluña y la región Sur declaran menores expectativas de aumento del precio de sus consumos intermedios para el próximo año, frente a los mayores incrementos esperados en Canarias y la región Noroeste. Uno de los principales factores que ayudan a explicar estas diferencias en las presiones de costes esperados es la distinta incidencia de los problemas de oferta. Las regiones que estaban experimentando mayores dificultades de suministro de sus proveedores habituales tienden a prever mayores presiones sobre sus costes durante el siguiente año