El Banco de España prevé un nuevo estancamiento de la productividad durante los años 2025, 2026 y 2027. Esta variable, que resulta fundamental para el crecimiento económico a medio plazo, centra todos los análisis ante la posibilidad de que se reduzca la jornada a 37,5 horas en los próximos meses. Sin embargo, en su último informe, el supervisor advierte de que esta no tendrá una evolución positiva, incluso si Díaz no consigue poner en marcha esta medida.
El organismo diferencia entre la productividad medida por hora y por ocupado y avanza que ambas crecerán menos de un 1% cada año. En concreto, estima que tendrán un comportamiento más positivo este año (0,9% y 0,7% respectivamente) y que en los dos años siguientes, los dos indicadores se estancarán en el 0,7%, lo que supone un ritmo ligeramente inferior al promedio de las últimas dos décadas en la medición por hora (0,8%) y algo mejor en la productividad por trabajador (0,6%).
Estas proyecciones no tienen en cuenta el posible impacto de la reducción de la jornada laboral por ley, puesto que la medida todavía no se ha aprobado ni debatido en el Congreso de los Diputados, donde llegará en las próximas semanas, por lo que este diagnóstico se debe a que esperan una ralentización en el ritmo de la creación de empleo. «Esto ritmos de avance previstos para el empleo (del 1,9% en 2025 y del 1% en 2027), menores que los proyectados para el PIB, implicarían un aumento de la productividad por ocupado en los próximos años, que crecerá a tasas algo menores que las observadas durante 2024» y al que seguirá un ligero incremento de la variable por hora, que seguirá el mismo patrón.
La comparación con el promedio de las últimas dos décadas resta dramatismo a estas cifras, si bien, el cambio es sustancial respecto a la tendencia apreciada a lo largo de 2024 cuando la productividad por hora volvió a crecer a un ritmo del 2% tras la caída registrada en los trimestres posteriores a la primera recuperación postpandemia. En especial, resulta significativa la evolución decreciente de la productividad por ocupado, que lógicamente se vería afectada directamente por un recorte de la jornada como el que se plantea desde Sumar.